Padre mío, papi, papá, pá, que estas en la tierra o en el cielo y nunca jamás en el infierno, cuanto te agradezco por compartir el amor con mi linda madre tierna y traerme a esta bendita tierra y vivir junto a ti hasta que muera
Padrecito del alma, te adoro tanto como a mi mamá, tú ejemplo y tu voz firme y natural me alejan siempre del mal. Papi querido, tu pensar, tu dedicación y humildad, me hacen seguirte hasta por la oscuridad, donde me convertiré en un faro de luz, para alumbrar la humanidad. Tu sencillez y amor a los demás, es ejemplo que debo imitar, para siempre triunfar.
Papá, papi, padre mío, cuanto te agradezco, por traerme a esta tierra tan bella, como las noches con estrellas, y no sufrir en este mundo, ni por un segundo. Papi, eres mi guía y mi aliento, por eso no me arrepiento, de seguir siempre tu ejemplo. Eres mi padre ideal, por eso te quiero hasta el final, aún fuera del universo o en el ancho mar.
Padre mío, papi del alma, con tú pisada, tu voz y tu mirada, me envías señales de que me amas y que debo respetar tus ordenes que emanan del alma. Si te mueres antes, por los años que tienes aquí, le pediré al señor, irme junto a ti y mi madre feliz, porque padres como ustedes necesitan amor y cariño en el paraíso, donde nos espera Dios el creador, con mucha paz, alegría y amor.
Del libro POEMAS A LA VIDA Y COMO ESCRIBIR POEMAS de [email protected].
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