A todas luces lo que estamos viendo en el Partido Revolucionario Dominicano (PRD), fué lo mismo que pasó cuando la convención para elegir el candidato presidencial de las perdidas elecciones del 2004.
Y es doloroso porque uno entiende que esos altos dirigentes del partido blanco tienen la suficiente capacidad para no darse cuenta que pretendiendo ganar tiempo, lo que es tán haciendo es ahondar querrrellas internas que no van a favorecer ni ahora ni depués al partido blanco.
Los perredeístas, muy delicados ellos cuando son otros los que le sindican sus errores, no han entendido que ya el país está harto de sus diferencias y sus luchas por posiciones, por su falta de tacto, por su poco entendimiento para asimilar que ya pasa- ron y que en gran medida que se dejaron utilizar por Hipólito Mejia para lograr lo que él queria la reelección presidencial y la derrota del partido.
La escogencia de un candidato entre seis que aspiran es una especie de disparate, a me nos que tengan el desprendimiento suficiente para escoger uno que no sea parte del ya llamado grupo de los seis.
Todos por la fecha de una convención, que no es en modo alguno definitiva, y menos en un partido como el PRD.
Pero más que todo por negociar con Vargas Maldonado, el hombre que tiene todo el apoyo de las bases del partido, de los dirigentes medios, y de los altos, aunque tiene y ya se lo hemos dicho muchas veces que hacerse más político, que sacar de su lado unos señores que actuaron de forma poco política cuando estaban en Obras Públicas, y de algunos nuevos disque voceros, pero que nadie tampoco mira con buenos ojos ni a lo interno ni a lo externo del partido.
Candidato nuevo, caras nuevas, ideas nuevas, formas de ser y de tratar a las gentes y al pueblo en general de manera diferente.
Porque nadie piense que el PLD duerme el sueño de los victoriosos, todo lo contrario está tirado a la calle en busca de militancia, y en busca de poner al dia su padrón electo ral, aunque se quiera decir lo contrario y ahora se quiera comparar a Danilo y el Preside-nte, con lo que pasó entre Hatuey e Hipólito Mejia, y el gran responsable del pasado, y del negro presente del partido blanco, de las dos derrotas, y de una tercera por terco y malagradecido con gentes que él quemó a propósito.