Estudio alerta sobre riesgos extremos si no se reducen las emisiones
Un reciente estudio del Centro CICERO para la Investigación Climática Internacional, respaldado por la Universidad de Reading, pronostica que casi tres cuartas partes de la población mundial experimentarán cambios rápidos y extremos en temperaturas y precipitaciones en los próximos 20 años. La investigación, publicada en Nature Geoscience, subraya la necesidad urgente de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero para mitigar los impactos climáticos.
El estudio divulgado por Europa Press destaca que, en un escenario de altas emisiones, el 70% de la población mundial, que reside en zonas tropicales y subtropicales, enfrentará alteraciones extremas y aceleradas en el clima. No obstante, si se toman medidas efectivas para cumplir con los objetivos del Acuerdo de París, esa cifra podría reducirse al 20%, es decir, alrededor de 1.500 millones de personas.
Riesgos inminentes por falta de acción climática
El doctor Carley Iles, autor principal de la investigación en CICERO, explica que los cambios rápidos en los patrones climáticos aumentan el riesgo de fenómenos sin precedentes. Estos pueden provocar impactos devastadores en la salud humana, la economía y los ecosistemas.
Los científicos utilizaron simulaciones de modelos climáticos a gran escala para prever cómo las zonas tropicales y subtropicales enfrentarán una combinación de temperaturas extremas y precipitaciones intensas.
En escenarios de altas emisiones, el 70% de la población mundial se verá expuesto a estas condiciones, lo que podría derivar en consecuencias catastróficas para la infraestructura, la agricultura y la vida diaria de millones de personas.
Impactos directos en la vida cotidiana
El aumento de temperaturas y precipitaciones extremas conlleva una serie de riesgos directos e indirectos. Las olas de calor pueden causar estrés térmico en humanos y animales, afectando la producción agrícola y los ecosistemas.
Además, los sistemas de energía y transporte enfrentarán desafíos significativos debido al estrés térmico. Las precipitaciones extremas, por otro lado, incrementarán las probabilidades de inundaciones, dañando cultivos, infraestructuras y asentamientos urbanos.
"Estos fenómenos ya están ocurriendo de forma más frecuente, pero las tasas de cambio proyectadas para las próximas décadas representan una amenaza aún mayor", alerta Iles.
Mitigación y adaptación: claves para reducir los riesgos
El informe también subraya la importancia de la rápida mitigación de emisiones para minimizar los daños. Aunque las medidas de limpieza de la contaminación del aire, particularmente en Asia, son esenciales para la salud pública, también están revelando efectos previamente enmascarados del calentamiento global. Laura Wilcox, coautora del estudio de la Universidad de Reading, señala que la reducción de la contaminación del aire puede acelerar el aumento de las temperaturas extremas, afectando fenómenos clave como los monzones de verano en Asia.
Adaptación a un futuro incierto
A pesar de las sombrías proyecciones, los científicos insisten en que aún hay tiempo para actuar. Reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y adoptar políticas de adaptación efectivas puede marcar la diferencia para millones de personas. Bjorn H. Samset, también del Centro CICERO, advierte: "Incluso en el mejor de los escenarios, calculamos que 1.500 millones de personas experimentarán estos cambios rápidos. La única manera de enfrentar esto es prepararse para una mayor frecuencia de eventos climáticos extremos".
El estudio representa un llamado a la acción urgente para evitar que los peores escenarios del cambio climático se materialicen. Si no se toman medidas inmediatas, las consecuencias podrían ser devastadoras no solo para las personas y los ecosistemas, sino para la estabilidad global en general.