Los más altos dirigentes políticos, funcionarios y exfuncionarios son los primeros en ‘opinar de, o sobre todo’, sin aportar ‘nada’.
Aunque algunos no lo piensen, no lo crean o no lo acepten, todos aprendemos algo de los demás seres que nos rodean, y de aquellos que hablan en tribunas públicaso escriben en medios de comunicación.
Aun cuando algunos de ellos no hablen, escriban o actúencon el debido respeto a los demás.
Algo se aprende cada día escuchando o leyendo sobre un tópico cualquiera, sea social, económico, político o de otros temas.
En la sociedad dominicana de hoy día ocurren cosas que a muchos los dejan ‘turulatos’ y a otros incrédulos.
Parecen ‘cosas increíbles’, porque antes no las habíamos visto o leído dentro de las dictaduras o en periodos democráticos.
Varios medios, entre ellos DIARIO DIGITAL RD, respaldan con frecuencia elevar la calidad, la responsabilidad y el respeto en el tono de las discusiones públicas. Pero poco se consigue. El interés grupal o el dinero se imponen.
Los más altos dirigentes políticos, funcionarios y exfuncionarios son los primeros en ‘opinar de, o sobre todo’, sin aportar ‘nada’ que conduzca a mejorar el entorno, el tránsito, la vida comunitaria y respetuosa.
Cada administración cree haber hecho lo mejor durante cuatro años, pero sus dirigentes jamás aceptan que los siguientes también hacen algo valioso o esperado.
¡Y así no puede ni debe ser!
Tenemos que tomar en cuenta las ‘peticiones’ de mujeres y hombres comunes, cuando requieren arreglos de calles, caminos, carreteras, puentes, asuntos de educación, sanitarios o de energía eléctrica. Y poco a poco cumplir con las promesas hechas.
Aunque eso deben hacerlo no solo los que están en el poder transitoriamente, sino también los de la oposición, los poderosos, los que más tienen que perder en la ruta.
La democracia es libertad, es respeto a la libre expresión, al libre tránsito, a la oportunidad de una educación completa, a un trabajo digno y bien remunerado, a una sana convivencia entre los seres humanos.
Lo demás, como se dice, vendrá por ecuación normal.
Ni la más supuesta ‘alta democracia’ del mundo ha podido acabar con las drogas, los crímenes, las discriminaciones y otras adversidades humanas.
¿Cómo esperar que algo así se logre en medios humanos como el nuestro?
Lo peor de lo narrado es que la CORRUPCION está en tan alta posición en nuestra sociedad, que impide a unos criticar a otros ensuciados, por la migaja recibida.
El gobierno que preside Luis Abinader ha hecho muchas cosas en tres años y medio, aunque opositores, necios e ignorantes (algunos por promesas de empleos o pesitos), digan o escriban lo contrario.
El debate público está en su peor nivel y los ‘teteos’ en su mayor expresión y extensión territorial.
Muchos parecen no darse cuenta de ello, y con optimismo digno de verse en días mejores, miran hacia otros lados y países, creyendo que ‘aquí nunca pasa nada’… ni pasará.
Elevo alto a los columnistas que en diferentes medios abordan con exactitud y responsabilidad estas situaciones, aunque vean lo poco que se avanza. Porque se olvida que algo debemos aprender de otros.
Febrero de 2024.