La situación es diferenciada y, a la vez similar, en todo el mundo, por ejemplo, la banca internacional siguió consolidando la vía digital y algunos países llegaron al grado de digitalización generalizada de su moneda nacional.
Consumers International escogió el presente año de 2022, como el año de las finanzas digitales justas. Lo que implicó que sus actividades se centraron en impedir que la crisis generada por el Covid 19, fuere transferida al consumidor financiero, particularmente, al consumidor bancario en general. En todo el mundo Consumers International lanzó una alerta de observación y lucha para impedir la materialización de ese objeto. Ahora que 2022 llega a su fin, es tiempo de pasar balance a lo conseguido por los consumidores.
La situación es diferenciada y, a la vez similar, en todo el mundo, por ejemplo, la banca internacional siguió consolidando la vía digital y algunos países llegaron al grado de digitalización generalizada de su moneda nacional. Quizás, el caso más emblemático sea el de la República de El Salvador, la cual, decisión crear, como moneda nacional, la cripto moneda. Ya antes Venezuela y otros países habían hecho lo propio, pero lo del Salvador sorprendió porque no fue el sector bancario, ni el sector consumerista, quienes abogaron por dicha monetización, sino que lo hizo el propio presidente de aquel país centroamericano, denominado el Pulgarcito de América. Es una tendencia que, al final del año en curso, mostró que también es una forma de pago no libre de inflación, pues, el consumidor resultó afectado, ya que el valor de dicha moneda bajó significativamente cuando se esperaba que estuviese libre de oscilaciones inflacionarias.
De manera general, puede afirmarse que, el consumidor dominicano disfrutó de buena salud en 2022, la inflación no ha logrado llegar a dos dígitos, ha sido mantenida bajo control. No sin críticas de aquellos sectores que entienden que debe permitirse su oscilación conforme a las leyes naturales de un mercado liberal; sin embargo, en el marco de una constitución social, como es el caso de la dominicana, no es posible dejar la política monetaria a la libre oferta del mercado, porque la estructura social depende del mercado informal, lo que significa que, de entrada, más del cincuenta (50%) por ciento de los consumidores, serían afectados mientras que, el sector de la economía que produce divisas fuertes, se enriquecería groseramente.
Lo anterior, no significa que la ley fuese respetada por la banca nacional, por el contrario, el año transcurrió observándose cómo los clientes de pequeñas cuentas bancarias siguen siendo víctimas de la política del ratón que ejecutan los bancos, cuando cargan con servicios de administración bancaria los pequeños ahorros de la gente de a pie, del consumidor vulnerable. Es decir, la banca nacional no solo perjudicó al pequeño ahorrista con cobros administrativos innecesarios por manejo de cuentas, sino que los esquilmó al grado de dejar sus cuentas abandonadas o en cero, es decir cerradas. Esla vieja práctica de fomentar el consumo y castigar el ahorro.
El Banco Central como la Superintendencia de Bancos (SB) guardaron silencio cómplice, mientras se configuraba el abuso. El resultado no era de sorprender como tampoco la respuesta del usuario de servicio bancario. Ya nadie intenta “tener un clavo” en el banco, ya nadie cree en el ahorro por intermedio del banco, sino que el pequeño ahorrista, se está moviendo hacia el sector mutualista bancario o hacia las cooperativas. La respuesta de la banca ha sido intentar atraer hacia sus redes al cooperativismo, al ahorro cooperativista. No lo consiguieron en 2022 y, probablemente, no lo consigan a futuro porque, como se ha dicho ya, es el propio sector bancario el que está ocasionando el desplazamiento hacia el mutualismo y hacia el cooperativismo. En el fondo quizás sea la manera de la banca contribuir con el consumidor de servicios bancarios.
- Así cuando se habla de capitalismo financiero, cuando se habla de banca justa, de finanzas justas, se está empleando un lenguaje confuso pero, que, afortunadamente, la solución ha venido del mutualismo y del cooperativismo. Dicho de otro modo, a pesar de su escasa formación en asunto de finanzas justas, el consumidor dominicano ha logrado evadir el cerco que el capitalismo financiero le ocasionó en 2022. El movimiento consumerista viene incidiendo en ello Organizaciones como ONPECO, FUNDECOM, ADEPROCO, ACACDISNA, etc., vienen concienciando a los usuarios de servicios bancarios sobre la utilidad del mutualismo, el cooperativismo y la flexibilidad del Mercado de Valores.
En términos generales, el Estado Dominicano, no fue un Estado garantista en 2022, más bien fue un estado abusador, pues dejó desprotegido al consumidor y fueron las fuerzas del mercado, las que lograron conseguir el equilibro. Esto habla muy bien del dinamismo de las finanzas justas dominicanas porque, sin ser justas, han conseguido paliar el capitalismo salvaje que caracteriza a la al Mercado Financiero dominicano. Sin duda, el hecho de que el país posea una economía abierta, ha posibilitado tal proeza, pues la diáspora dominicana la cual tiene un alto componente de finanzas justas, tiene la experiencia suficiente como para contribuir con las finanzas nacionales buscando y encontrando nichos en los que el capitalismo salvaje de la banca, no puede influir.
Es significativo, el hecho de que todavía, en la República Dominicana, el Mercado de Valores no tiene gran incidencia y, sin embargo, presenta estructuras que bajo el marco de una economía abierta, permiten sortear escollos hasta favorecer al usuario de servicios financieros.
Las tarjetas de créditos, por ejemplo, no han creado dificultades mayores porque, sobre ellas opera una especie de “mercado de las cripto monedas”, al diversificarse su uso y sus funciones en el comercio y el pago de salarios. Sin embargo, siguen siendo cuestionables sus altos intereses y su alto costo de administración; aunque, repetimos, el mercado, debido a su diversidad y a la inteligencia de comerciantes y consumidores, ha hecho el equilibrio. Desde que existen los denominados clubes de consumidores organizados por el comercio, la banca no ha podido ocasionar un impacto negativo en el consumidor. Dicho de otro modo, los comerciantes han paliado el alto coste de la banca en materia de tarjeta de créditos, al convertirlas en tarjetas de clubes de consumidores por vía directa e indirecta.
El tema es de tal impacto que, ya los clubes de consumidores auspiciados por el comercio, operan solo con el documento de identidad del consumidor. Esto significa que la alianza entre comerciantes productores y consumidores o usuarios, en un marco de comercio abierto, puede ser recíprocamente beneficioso para las partes y para combatir el capitalismo salvaje que representa el capitalismo financiero. Por eso, cuando el Mercado de Valores entre con fuerza al mercado nacional, en el club descrito, no cabe duda de que los objetivos constitucionales del Estado social mostrarán al mundo que la economía dominicana seguirá siendo robusta en 2023. A esto contribuye la organización de los comerciantes y las organizaciones de productores y de consumidores que han sido capaces de comprender que son socios estratégicos con fines diferentes pero entre lazados que pueden llegar a un acuerdo mutuamente beneficioso. DLH-12-12-2022