Además, Privert y su gabinete trabajarán asediados por una oposición que amenaza con demandarlo, rechaza su selección y la considera antidemocrática.
Puerto Príncipe, 15 feb (PL) Haití camina hoy bajo las riendas de un gobierno provisional que aspira a terminar la crisis política, reprogramar la segunda ronda presidencial y recuperar la confianza en las instituciones públicas tras reiteradas acusaciones de corrupción.
Luego de una semana sin mandatario, el líder del Senado, Jocelerme Privert, asumió este domingo la presidencia interina en un proceso inédito que se realizó para cubrir el vacío de poder provocado por la suspensión indefinida del balotaje.
En sus primeras declaraciones, dijo que gobernará con sabiduría en los próximos tres meses y respetará cada punto del pacto cerrado entre la Asamblea Nacional y el exmandatario Michel Martelly con el fin de restablecer la gobernabilidad y la paz en el país.
Además, se comprometió a reforzar la confianza en todos los sectores de la sociedad, buscar consenso y reducir las divisiones políticas que obligaron a cancelar tres veces la segunda vuelta de las presidenciales.
Privert tendrá una gestión de 120 días, debe organizar el balotaje el 24 de abril y entregar el mando el 14 de mayo al nuevo jefe de Estado.
Pero los analistas le auguran una misión complicada porque dispone de poco tiempo para materializar sus aspiraciones y cumplimentar además con el plan del gabinete de tránsito.
Una de las principales tareas será armar un equipo ministerial acorde con sus propósitos, avalado por el Legislativo y consensuado con los partidos políticos, que están en una de sus peores etapas de discordias.
Otro reto será recomponer, antes de convocar a los comicios, al Consejo Electoral Provisional, desmembrado tras acusaciones de corrupción y fraude contra muchos de sus integrantes.
Además, Privert y su gabinete trabajarán asediados por una oposición que amenaza con demandarlo, rechaza su selección y la considera antidemocrática.
Los opositores también planean más protestas para exigir la anulación de la primera vuelta de octubre, la creación de una comisión independiente para evaluarla y la convocatoria a un nuevo proceso eleccionario.
En el plano socioeconómico, el mandatario temporal recibe un país con 60 por ciento de inflación y una prolongada sequía que -según el Programa Mundial de Alimentos- mantiene con hambre a 3,6 millones de personas, de ellas 1,5 millones en situación de inseguridad alimentaria severa.
Si Privert no logra estabilizar la situación nacional, Haití seguirá inmerso en un círculo vicioso que siempre conduce a más incertidumbre, violencia y desencanto popular.
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