Las tensiones entre Rusia y Turquía siguen latentes, pues la primera cree que el derribo del avión militar en la frontera "parece una provocación planeada", pero aun así, Moscú no irá a la guerra con Ankara.
Así lo hizo saber el canciller ruso, Sergei Lavrov, este miércoles, quien dijo que el incidente hará que Rusia reconsidere su relación con Turquía.
Lavrov debía de estar en Turquía este miércoles, pero canceló su viaje por el derribo de la nave. Dijo que habló con el ministro de Exteriores turco y los dos acordaron reunirse en los próximos días.
Mientras que el primer ministro turco, Ahmet Davutoglu, dijo a los legisladores que Turquía no tiene intenciones de tensionar los lazos con su “amigo y vecino”, Rusia.
El presidente Recep Tayyip Erdogan dijo que el país simplemente se defendió cuando aviones turcos derribaron el jet ruso, y que eso no constituye un escalamiento con Rusia.
Hablando en Estambul, Erdogan dijo que el avión cayó en Siria pero todavía estaba en espacio aéreo turco cuando fue derribado el martes.
Otros funcionarios turcos han dicho que el avión se había adentrado hasta 2 kilómetros sobre la frontera por unos 17 segundos, y que sus fuerzas emitieron 10 advertencias que fueron ignoradas antes de disparar.
Rusia insiste en que el avión nunca salió de territorio sirio.