La fuga de dos reclusos, considerados peligros, de una cácer de máxima seguridad en Nueva York, pone de nuevo en el tapeta la fragilidad de estos centros.
David Sweat y Richard Matt, condenados a cadena perpetua, escaparon de Correccional Clinton, tras varios días cortando paredes y tubería de acero hasta alcanzar un alcantarillado en las afueras de la cárcel.
David Sweat, de 34 años, esta acusado de matar un polícía y Richard Matt, de 48, incriminado de descuartizar a su jefe.
El gobernador de Nueva York ha dicho este lunes que ambos desarrollaron un “un plan muy elaborado”, y dijo que los investigadores no descarta que los hoy prófugos consiguieran herramientas eléctricas que les facilitaron el escape. Las autoridades sospechan que alguien ayudó desde afuera.
Una de sus hablidades para despejar sospechas fue colocar bastante ropa debajo de las mantas de sus camas. Así aparentaban que dormían y lograron engañar a los guardias que hacían los rondines en las instalaciones de la Correccional Clinton.
Las autoridades de la prisión hicieron este hallazgo el sábado por la mañana, aunque no tiene precisión de que día se produjo la fuga.
Pese a ello, las autoridades de Nueva York instalaron retenes y echaron mano de helicópteros y perros adiestrados. Centenares de agentes han sido desplegados alrededor de la prisión, ubicada a unos 32 kilómetros de la frontera con Canadá, y se recibieron una decena de avisos.
Las autoridades reconocieron que no tenía ni la menor idea de dónde podrían encontrarse los dos convictos. Pudieron haber cruzado hacia Canadá o dirigirse a otro estado, señaló Cuomo. Por el momento se ha anunciado una recompensa de $50.000 dólares por cada prófugo a cambio de información que contribuya a la captura de los fugados