El panorama político del país ha comenzado a cambiar aceleradamente por dos factores coyunturales de gran impacto: la definición de una propuesta electoral de oposición con un incuestionable poder de cohesión política y social, y la reafirmación de la lucha frontal entre los dos principales líderes del Partido de la Liberación Dominicana.
Sorprendentemente el escenario político nacional ha cambiado por la transformación radical de dos factores que durante los últimos doce años habían favorecido sistemáticamente al PLD y perjudicado en la misma medida a la oposición. Me refiero, por una parte, a la capacidad del liderazgo institucional del PLD para manejar inteligentemente los conflictos internos y sumar fuerzas contrarias; y por la otra, al derrumbe estrepitoso del PRD y la dispersión total del liderazgo opositor, que parecía asegurar que el candidato oficialista, fuera quien fuera, ganaría “por default” en el 2016.
Pero resulta evidente que el PLD está entrampado en su propio éxito, ya que la inexistencia de un contrapeso en la oposición llevó a sus líderes a calcular erróneamente que el adversario no estaba afuera, sino adentro.
De ahí la fina pero efectiva estrategia auspiciada por el sector oficialista para aniquilar políticamente a Leonel Fernández, que servía al mismo tiempo para elevar los niveles de aprobación del presidente Danilo Medina, haciendo posible que mientras Leonel se debilitaba dentro y fuera del PLD, el Presidente lograba sumar apoyo en todos los sectores políticos, incluyendo la oposición y el Leonelismo, fenómeno aparentemente explicado por la bien trabajada imagen de equidistancia del Presidente en la contienda política nacional.
Sin embargo, esa realidad ha cambiado a partir de la proclamación del proyecto reeleccionista que ha colocado al presidente en la línea del frente, obligándolo a renunciar a su rol de neutralidad política y convirtiéndose en una abierta amenaza para las pretensiones de Leonel, en un claro adversario para la oposición y en un blanco de cuestionamiento para un activo sector de la sociedad civil.
El proyecto reeleccionista ha desatado un gran avispero y es probable que el presidente Medina esté evaluando las opciones para seguir o devolverse, aunque parecería que en el PLD no hay forma de recoger el agua derramada, ya que en un caso el Leonelismo difícilmente se abocaría a respaldar la reelección, y en el otro caso el Presidente no tendría mucho que aportar a un Leonel de quien él mismo se ha ocupado, con su obra y su discurso, de establecer la mayor distancia posible. (5 de mayo 2015)