<b> ¿Cuál es el beneficio
político del PLD para asumir la sentencia 168-13 del Tribunal Constitucional y
todas sus consecuencias? Se especula que los ciudadanos negros de ascendencia
haitiana tienden a favorecer al PRD, dato sujeto a confirmación, pero nada
determinante para la retención del poder de una organización que (como el PLD)
controla todos los resortes del Estado, incluyendo a los órganos electorales.</b>
Más que impedir que los
dominicanos negros sufraguen, es una forma de ofertar “patriotismo” y
congraciarse con un amplio y conservador segmento de la sociedad dominicana. Y
parece que la idea tiene tanta importancia, en término electoral, que vale la
pena el desafío y la arrogancia que exhibe el PLD hacia la comunidad
internacional.
(Hay dos aspectos en
que todos los grupos peledeístas coinciden: En el secuestro del PRD y en la
defensa de la indefendible sentencia del TC y sus repercusiones en los planos
local e internacional).
Roberto Rosario y otros funcionarios han sido
desafiantes hacia países y organismos que tienen la misión de defender los derechos humanos. Llegan
al extremo de inmiscuirse en aspectos que atañen a otros poderes, al sugerir a
la Cancillería no acudir a la sesión de
la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos celebrada recientemente en
Washington.
Se cae en exceso cuando
se impide la salida a Juliana Daguis,
dotada de un visado nortamericano. Es verdad que es una norma, un requisito,
contar con pasaporte para salir del país, pero ese es un caso especial y como
tal debió de ser tratado. Pudieron otorgarle una carta de ruta, para citar uno
de los usuales procedimientos.
No dejarla viajar a
Washington se percibe dentro y fuera del país, más fuera que dentro, como un
acto de intolerancia, una forma de evitar que su versión sea escuchada por la
CIDH, hecho que agrava más la situación del país.
El director de
Migración, que es miembro de la Fuerza Nacional Progresista, un partido de la
familia Castillo, anuncia que a Juliana Daguís sólo se le permite viajar a
Haití, pero esa ciudadana, nacida y criada en República Dominicana, asegura que
no conoce al vecino país. Tampoco ha optado por ese destino, por lo que se trata de un
tremendismo de ese funcionario.
Habría que analizar si
estos acontecimientos se pueden calificar de errores o forman parte de una
estrategia política del PLD y del propio gobierno. En principio, se sabe, el
presidente Medina llegó hasta a pedir disculpa a los afectados de la medida del
TC, para luego rectificar su conducta y bailar no sólo la misma música de los
demás sectores peledeístas, sino también de las entidades y líderes más
conservadores del país, entre los que están, naturalmente, el doctor Vincho
Castillo y el cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez.
Es bien sabido que los
líderes del PLD –sobre todo Leonel
Fernández y el presidente Danilo Medina–
actúan de conformidad a los datos que revelan los estudios de opinión.
Como políticos no les importa el carácter inhumano de la sentencia 168-13 del
TC. Quizás les importaría el deterioro de su imagen pública y el descrédito del
país en el exterior, pero consideran más relevante, para sus propósitos
políticos, hacer causa común con una posible mayoría de dominicanos que, de una
u otra forma, siente desprecio por los haitianos.
Y ese desprecio se
disfraza de nacionalismo. Y los promotores de ese supuesto nacionalismo se
ofertan como “patriotas”. Trujillo lo
hizo en múltiples ocasiones, incluyendo la del genocidio en contra de millares
de haitianos. También lo hizo Balaguer en la campaña electoral de 1994, cuando
competía con el doctor Peña Gómez, a quien acusaba de pretender unificar a las
dos naciones que se reparten la isla. Y dispuso que las emisoras toquen el
himno nacional a las doce del medio día.
Ahora son los
peledeístas que, aprovechándose de la ignorancia y el racismo de mucha gente,
asume posturas conservadoras, que para mucho no tendrían lógica ni explicación,
porque se observan como errores, pero que posiblemente se trata de una
estrategia bien deliberada, con miras al certamen electoral del 2016.