16 de marzo 2013.-Aunque no menciona al ex presidente Leonel Fernández, en el discurso del precandidato
presidencial peledeísta Temístocles Montás se advierte que la alusión es clara, pues ha sido el ex gobernante que ha venido planteando sus inquietudes sobre el liderazgo.
A ello se refirió Montás en Montecristi, donde hizo una larga exposición sobre el tema, donde afirmó que República Dominicana
necesita que el liderazgo político se sustente en ideas y principios para que
en el ejercicio del poder se promueva la democracia y el relevo generacional.
Tras el Congreso Norge Botello del PLD, Fernández ha estado exponiendo sobre el tema liderazgo y poder, disertaciones que han tenido diversas lecturas de parte de círculos políticos que deducen que las exposiciones del mandatario son en reacción de los resultados adversos en la contienda interna del partido que preside.
“Si queremos que el
PLD sea una fuerza política determinante en la vida política del país tiene que
ser sobre la base de entender que si quiere ser un partido democrático, tiene
que ser sobre la base de no apostar a un caudillo. Hay que propiciar
periódicamente el relevo de quien ejerce la Presidencia de la República”,
apuntó Montás.
Montás habló en estos
términos al citar un libro de reciente publicación del ex jefe del gobierno
español Felipe González sobre liderazgo, en el que dijo se resalta que es
necesario tener visión de estadista y no solo de político, porque el político
“piensa en las próximas elecciones y el estadista piensa en las próximas
generaciones”.
Al citar el caso de
Nelson Mandela, Montás apunta que éste no aceptó reelegirse “porque era un
líder convencido de que la democracia se sustenta en la alternancia del
ejercicio del poder” y porque como Juan Bosch, sabía que el ejercicio del poder
necesita de alternancias periódicas para que las nuevas generaciones gobiernen.
Citando el libro de
Felipe González, Montás dijo que una parte fundamental del texto se refiere al
relevo generacional de líderes, en el que el ex gobernante español plantea que
“la única función real del líder es producir nuevos líderes, no más
seguidores”.
Agrega que la experiencia en Europa es que los líderes que
llegan al gobierno, en promedio, no duran más de siete años y se genera el
relevo.
Relata que en una
conversación que sostuvo González con un ex primer ministro alemán Helmut
Schmidt, le preguntó que cuál era el
tiempo que debía ejercer una persona el poder en una democracia parlamentaria.
“Helmut Schmidt me dij diez años es el límite. Tenía razón porque tal vez en
otra época fuera distinto pero en esta época es el límite de resistencia de
materiales si ejerce el poder con responsabilidad y un compromiso fuerte”.
Consideró que los
verdaderos dirigentes tienen que comprender que cuando el relevo generacional
del liderazgo se impone, es mejor que ceda el paso para que se produzca sin
traumas para la organización política.
Al considerar que es
fundamental que en los partidos democráticos haya periódicas renovaciones del
liderazgo, Montás sostuvo que en el caso del Partido de la Liberación
Dominicana (PLD) es la única garantía de que siga siendo la más importante
organización política del país.
Ante cientos de sus
seguidores que lo victorearon aquí cuando juramentaba su equipo provincial de
campaña, el dirigente peledeísta citó un libro del ex jefe del gobierno
español, Felipe González, en el que describe los tipos de liderazgo y la
necesidad de propiciar el relevo a tiempo.
Dijo que González, en
su libro “En busca de respuestas. El
liderazgo en tiempo de crisis”, clasifica los tres tipos de políticos
dañinos com los que tienen principios pero no tienen ideas, los que tienen
ideas pero no tienen principios y los que carecen de ideas y de principios.
Montás expresó que el
líder con principios pero sin ideas, cuando llega al gobierno en base a un
discurso bonito, no sabe qué hacer “porque
su vida ha sido dedicada a especular con ideas y con teorías pero a la hora de
aplicarlas no tienen capacidad”.
En el caso de los políticos
con ideas, pero sin principios, son peligrosos porque son capaces de cualquier
cosa. “Llegan al gobierno, saben lo que tienen que hacer, pero son capaces de
hacer cualquier cosa porque no tienen principios”.
Señaló que los políticos que
carecen de ideas y de principios “son sumamente peligrosos porque se van de un
extremo a otro”.
Relató que Felipe González
dice que lo ideal sería “poder disponer de políticos que tengan ideas y que
tengan principios. Políticos que si gobiernan a un país lo gobiernen con ideas
y con principios”.
Entre el jueves y este
domingo Montás peinó las poblaciones de
La Romana, Barahona, Vicente Noble, El Peñon, Montecristi, Navarrete y Los
Tocones, de Santiago; así como Miches y El Seibo en el este del país, donde completó las juramentaciones de más de
una veintena de equipos de campaña resposables de la promoción de su proyecto
presidencial, informó su equipo de prensa.
En cada una de estas
poblaciones recibió el respaldo de acaldes y encargados de dustritos
municipales, pero también de importantes dirigentes locales del PLD tales como el diputado Dilecio Núñez, de
Santiago; el ex gobernador de Montecristi y ex ministro de Agricultura, José
Antonio Batista; Fausto López, en Navarrete y José Rafael Ramos (El Rubio), en
los Tocones, de Santiago.
Ceder el paso
En su discurso, en la
actividad celebrada en el Restaurant "Mirador del Paraiso", Montás
cita nuevamente a González cuando dijo que “a veces por agotamiento y otras por
circunstancias sobrevenidas, llega el momento en que conviene ceder el paso. El
punto más difícil es aquel en que el líder no es capaz de comprender y asumir
que para la organización o la institución a la que sirve ya es más parte del
problema que de la solución. Cuando se llega a esta situación se necesita que
otros te adviertan o te pidan que ceda el paso al relevo necesario. Para
hacerlo sin traumas se deben intercalar generaciones nuevas en las
instituciones de manera sistemática sin necesidad de saltos traumáticos”.
Afirmó que para evitar
traumas hay que establecer reglas claras en lo relativo a la alternancia en el
ejercicio del poder para que se puedan sentar las bases para que nadie se
siente imprescindible e insustituible.
“Si queremos que el PLD sea
una fuerza política determinante en la vida política del país tiene que ser
sobre la base de entender que si quiere ser un partido democrático, tiene que
ser sobre la base de no apostar a un caudillo. Hay que propiciar periódicamente
el relevo de quien ejerce la Presidencia de la República”, apuntó Montás.
Mandela
es un ejemplo de líder político
Montás citó el ejemplo de
Nelson Mandela, ex presidente de Sudáfrica fallecido el año pasado, de quien
dijo era una persona paradigmática que inicialmente abrazó la idea de la lucha
armada, cayó preso, estuvo 27 años preso, y salió de la cárcel con un gran
prestigio que le valió para ser electo presidente y unir a su país que hasta
entonces estaba dividido por la segregación racial.
Manifestó que a Mandela lo
elige su pueblo por cinco años y cuando estaba en el poder fueron los
dirigentes de su partido a pedirle que se reeligiera. “Mandela dijo que no, que
así no se construía democracia. Que había que abrirle paso a otros y por esa
razón ese hombre que tenía todo el prestigio del mundo y el prestigio de su
país y que pudo muy bien haber seguido gobernando a su país, dejó que otros de
sus compañeros fuera a las elecciones, ganara y ejerciera la presidencia de su
país”.
Montás expresó que Mandela no
aceptó reelegirse “porque era un líder convencido de que la democracia se
sustenta en la alternancia del ejercicio del poder” y porque como Juan Bosch,
sabía que el ejercicio del poder necesita de alternancias periódicas para que
las nuevas generaciones gobiernen.
Citando nuevamente el libro de Felipe González, Montás dijo
que una parte fundamental del texto se refiere al relevo generacional de
líderes, en el que el ex gobernante español plantea que “la única función real
del líder es producir nuevos líderes, no más seguidores”.
Agrega que la experiencia en Europa es que los líderes que
llegan al gobierno, en promedio, no duran más de siete años y se genera el
relevo.
Relata que en una
conversación que sostuvo González con un ex primer ministro alemán Helmut
Schmidt, le preguntó que cuál era el
tiempo que debía ejercer una persona el poder en una democracia parlamentaria.
“Helmut Schmidt me dij diez años es el límite. Tenía razón porque tal vez en
otra época fuera distinto pero en esta época es el límite de resistencia de
materiales si ejerce el poder con responsabilidad y un compromiso fuerte”.