La Habana (PL) El optimismo moderado y la confirmación de la volatilidad que caracteriza el entorno económico global fueron algunos de los aspectos que marcaron las jornadas del Foro Económico Mundial.
El evento, efectuado entre el 22 y el 25 de enero en la ciudad suiza de Davos, concluyó con un sabor a pocas soluciones para los problemas más acuciantes que agobian al orbe, como la persistente desigualdad y el elevado desempleo, principalmente entre los más jóvenes.Versiones diversas y en ocasiones bastante encontradas caracterizaron las intervenciones, algunas matizadas por un mayor optimismo y otras más realistas al reconocer lo incipiente de la recuperación de la que algunos hablan.
Expertos opinaron que la vuelta del crecimiento en Estados Unidos, Japón y Europa esconde problemas, desde el paro crónico entre los jóvenes hasta la falta de habilidades y la creciente desigualdad.La alta desocupación en ese sector laboral es el principal obstáculo para la recuperación económica de Europa.
Dicha situación es uno de los problemas de fondo del continente, en el que se va a echar a perder una generación entera que no tiene ni presente ni futuro.A ello se une lo que los expertos calificaron como galopante envejecimiento de la población, los altos costes de la energía y los elevados niveles de endeudamiento.
Datos de la Organización Internacional del Trabajo reflejan que el sector juvenil sigue siendo uno de los más perjudicados, con más de 74 millones menores de 24 años parados, lo cual representa una tasa mundial de cesantía superior al 13 por ciento.
PAÍSES EMERGENTES: ESTRATÉGICOSLa presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, defendió en Davos el papel de las naciones emergentes al afirmar que seguirán jugando un papel estratégico en el contexto internacional.
Estamos hablando de países con grandes capacidades de inversión y de ampliar el consumo, con demanda de infraestructura social, urbana, energía, petróleo, inversiones industriales y agrícolas, remarcó.Rousseff destacó el aumento de la movilidad social, con el rescate de decenas de millones de personas que fueron sacadas de la pobreza extrema y se convirtieron en consumidores, lo cual generó nuevos e importantes mercados.
Calificó de apresurada la tesis de que las economías emergentes perderán dinamismo al opinar que las grandes oportunidades se encuentran en esas naciones.
La mandataria invitó a invertir en su país tras detallar una vasta estrategia a largo plazo centrada en inversión, educación y productividad.
El éxito de los planes económicos de Brasil en los años venideros estará asociado a las alianzas con inversores del gigante sudamericano y de todo el mundo.Por su parte, el ministro de Desarrollo Económico de Rusia, Alexéi Uliakáyev, significó que la nueva tendencia en la dinámica de la economía mundial apunta a aproximaciones de los ritmos de crecimiento de los países desarrollados y en desarrollo.
Uliukáyev consideró que el mundo no puede recuperarse en los parámetros existentes en los años 2004-2006.Para ello, apuntó, deben aparecer una suma de factores específicos, los cuales es imposible repetirlos íntegramente.Señaló que se trata de una dependencia del comercio global, debido a la concentración en las fuentes internas de crecimiento y teniendo en cuenta la reindustrialización en Estados Unidos y Europa.
Foro de Davos: moderado optimismo y volatilidad económica en el orbe
Por Masiel Fernández Bolaños *
La Habana (PL) El optimismo moderado y la confirmación de la volatilidad que caracteriza el entorno económico global fueron algunos de los aspectos que marcaron las jornadas del Foro Económico Mundial.
El evento, efectuado entre el 22 y el 25 de enero en la ciudad suiza de Davos, concluyó con un sabor a pocas soluciones para los problemas más acuciantes que agobian al orbe, como la persistente desigualdad y el elevado desempleo, principalmente entre los más jóvenes.
Versiones diversas y en ocasiones bastante encontradas caracterizaron las intervenciones, algunas matizadas por un mayor optimismo y otras más realistas al reconocer lo incipiente de la recuperación de la que algunos hablan.
Expertos opinaron que la vuelta del crecimiento en Estados Unidos, Japón y Europa esconde problemas, desde el paro crónico entre los jóvenes hasta la falta de habilidades y la creciente desigualdad.
La alta desocupación en ese sector laboral es el principal obstáculo para la recuperación económica de Europa.
Dicha situación es uno de los problemas de fondo del continente, en el que se va a echar a perder una generación entera que no tiene ni presente ni futuro.
A ello se une lo que los expertos calificaron como galopante envejecimiento de la población, los altos costes de la energía y los elevados niveles de endeudamiento.
Datos de la Organización Internacional del Trabajo reflejan que el sector juvenil sigue siendo uno de los más perjudicados, con más de 74 millones menores de 24 años parados, lo cual representa una tasa mundial de cesantía superior al 13 por ciento.
PAÍSES EMERGENTES: ESTRATÉGICOS
La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, defendió en Davos el papel de las naciones emergentes al afirmar que seguirán jugando un papel estratégico en el contexto internacional.
Estamos hablando de países con grandes capacidades de inversión y de ampliar el consumo, con demanda de infraestructura social, urbana, energía, petróleo, inversiones industriales y agrícolas, remarcó.
Rousseff destacó el aumento de la movilidad social, con el rescate de decenas de millones de personas que fueron sacadas de la pobreza extrema y se convirtieron en consumidores, lo cual generó nuevos e importantes mercados.
Calificó de apresurada la tesis de que las economías emergentes perderán dinamismo al opinar que las grandes oportunidades se encuentran en esas naciones.
La mandataria invitó a invertir en su país tras detallar una vasta estrategia a largo plazo centrada en inversión, educación y productividad.
El éxito de los planes económicos de Brasil en los años venideros estará asociado a las alianzas con inversores del gigante sudamericano y de todo el mundo.
Por su parte, el ministro de Desarrollo Económico de Rusia, Alexéi Uliakáyev, significó que la nueva tendencia en la dinámica de la economía mundial apunta a aproximaciones de los ritmos de crecimiento de los países desarrollados y en desarrollo.
Uliukáyev consideró que el mundo no puede recuperarse en los parámetros existentes en los años 2004-2006.
Para ello, apuntó, deben aparecer una suma de factores específicos, los cuales es imposible repetirlos íntegramente.
Señaló que se trata de una dependencia del comercio global, debido a la concentración en las fuentes internas de crecimiento y teniendo en cuenta la reindustrialización en Estados Unidos y Europa.
SITUACIÃ"N DE EUROZONA AÚN PREOCUPA
Durante las jornadas de la cita también sobresalió el tema de la Eurozona, cuya crisis de deuda, iniciada en 2009, acentuó las desigualdades y divergencias al interior del grupo, con impacto en el resto del mundo.
En tal sentido, el expresidente del Banco Central de Alemania (Bundesbank), Axel Weber, reconoció que el optimismo sobre la recuperación en Europa no está totalmente justificado, puesto que una media de crecimiento del uno por ciento es insuficiente para crear empleo y atraer inversiones.
Han mejorado los mercados financieros, pero no la economía real, remarcó.
Weber añadió que Europa también tiene que agilizar la unión fiscal y la bancaria, de la que aún quedan muchos detalles sin definir.
Algunos de los banqueros presentes manifestaron que esperan que una meticulosa revisión del Banco Central Europeo (BCE) a las condiciones de capital de los prestamistas más grandes de la zona euro reactive la actividad de fusiones internas y externas, al reconstruir la confianza entre las entidades financieras.
La crisis de deuda soberana que casi provocó la división del bloque de la moneda única en el 2011-2012 ha generado desconfianza entre los bancos y provocado una crisis de flujos de inversión transfronterizos de los prestamistas, mientras acumulan capital local.
Acorde con analistas, las últimas revisiones de capital y las pruebas de tensión sobre la capacidad de resistencia de los bancos deben ser rigurosos, y destacaron las pruebas de 2011, que no encontraron debilidad en bancos irlandeses y españoles, aunque más tarde los gobiernos de estos países pidieron rescates para apuntalar a sus sectores financieros.
A su turno, el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, negó ver deflación en la Eurozona, región que a su juicio emite señales alentadoras iniciales de recuperación económica, pero aún débiles y dispares.
Draghi hizo tal declaración a pesar de que la inflación en el conjunto de los 18 países que comparten el euro se ubica en 0,8 por ciento, cifra inferior al objetivo del BCE de que sea cercana, pero por debajo de los dos puntos.
Asimismo calificó de muy elevado el nivel de desempleo en el grupo, donde supera el 12 por ciento.
En opinión de Draghi, retornó la confianza al mercado financiero y en cierto sentido al sistema bancario, por lo que ahora, dijo, es el mejor momento para realizar la prueba de solvencia a los bancos europeos, lo cual incluye una revisión de los activos de riesgo y una prueba de resistencia.
La edición 44 del Foro Económico Mundial reunió a la élite económica, política y mundial y participaron alrededor de dos mil 500 personas entre las que se incluyeron jefes de Estado y de gobierno.
Los analistas llaman la atención sobre las numerosas críticas que acompañan al encuentro por la falta de "humildad y el desinterés de los más ricos", quienes se enrolan cada año en debates que no generan acciones concretas en un mundo de crecientes desigualdades.
<b>*Periodista de la redacción de Economía de Prensa Latina.*Periodista de la redacción de Economía de Prensa Latina.</b>