En realidad no hay polémica o relación alguna entre la actividad turística y la política salvo cierto grado de voluntad política para llevar a cabo realizaciones dentro del sector turismo.
Según publicaciones de prensa, el Ministerio de Turismo (Mitur) estaría licitando un plan turístico denominado "Actualización de la Estrategia y Plan Nacional de Turismo", que estaría en línea con la Ley No.1-12 que establece la Estrategia Nacional de Desarrollo (END).
Coincido con el artículo del consultor turístico Juan Lladó en el sentido de que debiera existir "una firme voluntad política para abordar el nuevo plan de Mitur en vista de la tendencia de los ministros a no querer sujetar sus ejecutorias a las directrices trazadas por otros". (Ref. "Un plan más de turismo". Listín Diario. 16/1/2014).
De ser el caso, los objetivos planteados en el plan no tendrían relación alguna con los que demanda la práctica en busca de resultados tangibles; más aún si hay metas que alcanzar dentro de un período de tiempo determinado, como la propuesta de las actuales autoridades de alcanzar 10 millones de turistas en 10 años, aspecto a considerar dentro fuera de la END o en cualquier escenario.
Mientras, todavía no me imagino como llegarán 10 millones de turistas en los próximos 10 años, independientemente del partido que ocupe el poder, otro aspecto a considerar además de los vaivenes de la voluntad política.
No hay que olvidar que los 26 partidos políticos reconocidos por la Junta Central Electoral (JCE) podrían tener una idea o plan de como traer turistas. Desviaciones o tardanzas en este sentido son aspectos que dispersan y desvanecen el logro de metas, si no hay otras formas de encontrar lo que buscamos. No queda más remedio que esperar hechos y resultados para no especular, para no confundir el turismo con la política, evitando de esta manera resaltar el desempeño político con cualquier logro turístico (real o relativo) que desplace la eficacia de un plan aplicado al sector.
En vista de que el turismo es considerado política de Estado, como tal no se debe confundir con la política vernácula sino con la política económica del Estado.
En esta oportunidad no es nuestra intención introducir un plan o propuesta sino destacar la relación "Pragmatismo Turístico-Voluntad Política" buscando un fin turístico, cualquiera que sea.
Un ejemplo que facilita y consolida esta relación podría ser una política de "Fomento al Desarrollo de Vías Turísticas". Es un tema que no contradice la meta de 10 millones de turistas en 10 años, sino todo lo contrario, la potencializa. Aun así hay que ver de qué forma lo haría.
Pero antes tengo que aclarar que una ley, decreto, plan o estrategia es solo un instrumento para delinear objetivos y posible logro de metas, en sentido general.
Ese aspecto tendría que estar bien claro dentro de la END en su Art.48, por la lógica que debe existir entre la teoría y la práctica en función de disponibilidad de fondos.
Si la distancia más corta entre dos puntos es la recta que los une, creo las obras viales turísticas se identifican con este enunciado para acortar distancias entre objetivos y metas, según fondos.
Por otro lado, una relación "Plan-Inversión" también tiene que tener en cuenta "términos de referencia" para que la relación "Pragmatismo Turístico-Voluntad Política" tenga sentido y justifique la asignación de fondos.
Tomemos como ejemplo las prioridades de los polos turísticos menos desarrollados (Ley 195-13) "pero los de mayor potencial", dentro de una política oficial de "Fomento al Desarrollo de Vías Turísticas" que contribuya con la diversificación del turismo y la construcción de habitaciones hoteleras (Ref./Google: "Bulevar Larimar Sierra Martín García", en el litoral Azua-Barahona). Otro término de referencia son las playas de los polos menos desarrollados (Ref./Google: "Entre Barahona y Copacabana).
Las obras viales y rehabilitación de playas no solo estimulan la inversión hotelera sino que además provocan la sinergia que debe existir entre esos polos y la ciudad de Santo Domingo. Basta como ejemplo el polo Punta Cana-Bávaro para darse cuenta lo que aquí decimos. Una política vial turística va en línea con la diversificación del turismo.
Es una forma de definir el producto turístico nacional para distribuir la riqueza y contribuir con la paz social. Además de obras viales turísticas hay otras que también estimulan el turismo, comercio y agricultura, como es el caso de la vía Cibao-Sur que actualmente se construye (Cruce de Ocoa-Piedra Blanca, Bonao), y aquella que sugiere la Bolsa Ecoturística Hispaniola (Cruce de Ocoa-Constanza – Ref./Google: "listin diario behsa").
La Cibao-Sur por el Cruce de Ocoa, sea una cosa o la otra, revela una conexión vial con el Bulevar Sierra Martín García para beneficio de todas las provincias del Sur, partiendo desde Baní. Bienvenida sea la voluntad política para el logro de objetivos y metas en un tiempo determinado.