Fito el Flaco, investigador de primera clase, me ha
concedido el privilegio de proporcionarme una copia del interrogatorio a uno de
los coroneles de la policía acusados de asaltar militarmente un complejo
residencial en Sosúa, donde murió un alemán y se llevaron dos cajas fuertes con
60 millones de pesos en dinero y en joyas, que ahora dizque no aparecen.
El interrogatorio es el siguiente:
En el municipio de
Sosúa, en la ciudad de Puerto Plata, a las 19 horas GMT, Nos, magistrado
procurador fiscal-abogado de los del número de dicho municipio, hemos procedido
a interrogar al coronel que viste y calza, aquí presente, a quien preguntamos:
<b>
–¿Cuál es su nombre, profesión u oficio?</b>
–Mi nombre es Mágaro Peguero, alias Cuchinflín, de
profesión militar, con el rango de coronel de la Portugal Nicaragua, perdón,
PN, que no es paja de coco, residente en cualquier parte a donde se me
traslade, por órdenes superiores.
<b>
–Cuéntenos algo, ¿qué sabe usted de la acusación que se
le formula, en el sentido de que participó, junto a una veintena de policías,
en el asalto al residencial La Mulata III de este municipio?</b>
–No, ombe, magistrado. Nosotros fuimos a realizar una
visita de cortesía, porque ahí reside una chica alemana muy agraciada, y aquí,
entre nosotros, yo estaba por conquistarla. Ella tiene sus chelitos,
¿comprende? Pero además es tremendamente bonita.
<b>
–Pero la versión generalizada es que ustedes se robaron
dos cajas fuertes con 60 millones de pesos, entre dinero y joyas. ¿Qué puede
usted decirnos al respecto?</b>
–Magistrado, hay una confusión. Nosotros fuimos porque
nos enteramos de que en el residencial había una fiestecita, y después de
bebernos unos tragos antes de entrar, fuimos allí y nos encontramos que no
existía fiesta alguna. Nos instalamos, y más tarde a uno de los comandos bajo
mis órdenes, tras pedir permiso para ir al baño en una de las casas, se le
ocurrió llevarse dos cajas de zapatos, vacías ellas, dizque para usarlas como
recipientes de varios aguacates que pensaba mandarle a una novia suya en la
capital.
<b>
–Esas cajas de zapatos, según dice usted, ¿dónde están?</b>
–Magistrado, no lo sé, pero presumo que estará en manos
de un jorocón superior nuestro, que ahora nos quiere echar la gran vaina.
<b>
–¿Cómo
justifica usted la compra de una yipeta, al contado, modelo 2013?</b>
–Magistrado,
es que yo soy como mi comandante: sumamente ahorrativo. Tengo en la Policía más
años que en Santiago gente, y he ahorrado lo necesario para comprarme dos
finquitas, unos cuantos cientos de vaquitas, cuatro carritos y también para
pagar el Colegio de mis tres hijos, que estudian en los Estados Unidos.
<b>
–Pero
tras la incursión de usted y sus hombres, hubo un tiroteo y murió un alemán.</b>
–Señor
magistrado, eso no fue más que un pequeño intercambio de disparos, pues parece
que el alemán, al vernos, nos confundió con ladrones disfrazados.
<b>
–Usted
no es más que un cínico.</b>
–Claro,
claro, a pesar de ser policía, yo soy muy cívico, aunque nunca fui miembro de
la Unión Cívica.
<b>
–¿Sabe
usted que si un tribunal lo encuentra culpable, podrían sancionarlo con 20 años
de prisión?</b>
–Naturalmente,
pero, como dijo Gardel, 20 años no es nada, sobre todo si uno tiene algunos
ahorritos, un buen abogado enllave de ciertos jueces y dos o tres comandantes
que nos apoyan. Magistrado, a propósito, ¿aceptaría usted que le invite a unos
traguitos en mi casa?
–<b>Ejem</b>…..
–¡Magnífico!
Con lo
que dimos terminado este interrogatorio, en la ciudad precitada y a la hora
conveniente, ante lo cual doy fe, y firme al pie, secretario.