<b>Un menor de doce años
mató de un cartuchazo a su hermano de 11 mientras manipulaba una escopeta de su
padre, un capitán retirado de la Policía. La víctima fue llevada al Centro
Materno Infantil San Lorenzo de Los Mina, donde certificaron su deceso.</b>
Esa información fue
destacada por la prensa local, como otras que acontecen a diario en el marco de
la violencia que azota a la sociedad dominicana.
Son varios los
incidentes de este tipo que se han registrado en distintas localidades del
país, que involucran a menores. ¿Por qué los padres exhiben armas de fuego en
presencia de los niños?, ¿Por qué permitirles tocar pistolas, revólveres y
escopetas?
Un revolver puede
dispararse con mucha facilidad. Sólo bastaría con caer de manera accidental
para que se accione. Muchas personas acostumbran manipular armas de fuego en
presencia de otros ciudadanos y en esas circunstancias se han provocado
numerosas desgracias personales.
Estimo que es una
irresponsabilidad de los padres mantener a la vista de todos, las armas de
fuego. Los niños son curiosos y esa condición de inocentes los conduce a poner
manos a esos peligrosos artefactos.
Cuando un menor mata a otro en forma accidental, lo más lógico
es que sufra trastornos mentales de graves consecuencias. Es una situación
difícil para ellos. Son imágenes que sólo pueden borrarse poco a poco con
buenos tratamientos.
Los psicólogos y
psiquiatras tratan con frecuencia a esos infantes para evitarles traumas en el
futuro inmediato. En esos casos, no sólo sufren los niños que se convierten en
victimarios por accidente, sino también la familia al perder a uno de sus
miembros en el momento menos esperado.
Las autoridades deben
actuar con responsabilidad para evitar que continúen ocurriendo esos
lamentables incidentes. Desconozco qué penalidad les cabría a los tutores
cuando ocurren estos hechos, pero deben ser castigados penalmente.
Se precisa de medidas
drásticas contra los padres que propician esas muertes, aunque sean por
accidente. Cualquier persona no está en condición de porte y tenencia de armas de fuego. Y eso es lo que más
abunda en nuestro país, portadores de armas ilegales, muchas de éstas introducidas
al país por vía del contrabando.
Cuando se tiene en la
casa una pistola, escopeta o un revólver, hay que extremar las medidas para
evitar que esos artefactos lleguen a las manos de los niños ni de los adultos
porque son tentaciones del demonio. Es preferible retirar los proyectiles y
esconderlos en un lugar secreto. Es una forma atinada de impedir la ocurrencia
de hechos sangrientos, dolorosos, como el que citamos en el primer párrafo.
Alguien debe ordenar las cosas en el país. No
podemos continuar como chivos sin ley, indiferentes, como si estuviéramos
viviendo en una selva. La clase política y la sociedad en pleno deben ocuparse
de este tema y tomar medidas inmediatas.