En busca de un asesino
Manuel
Vólquez
La
dominicana Aida de los Santos Pineda está pasando momentos difíciles luego de
ser acusada por las autoridades judiciales de Puerto Rico de la muerte de la
señora Georgina Ortiz, esposa del ex juez del Tribunal Supremo, Carlos Irizarry
Yunqué. El hecho ocurrió el 17 de agosto del 2010 y desde entonces ella ha
vivido una pesadilla.
El
caso ha llamado la atención de la comunidad internacional por los misterios que
lo rodean. En principio, las autoridades la investigaron y decidieron dejarla
libre al no encontrar ninguna evidencia de que involucrara su responsabilidad
penal con ese lamentable acontecimiento de sangre.
Desde
el mismo momento del asesinato, la policía descartó como acusada a la señora Aida
de los Santos y la utilizó como testigo, luego la deportaron a la República
Dominicana, porque no tenían ninguna acusación contra ella. Posteriormente,
ella pero regresó a Puerto Rico al enterarse que iba a ser requerida de nuevo
para investigarla ante el supuesto surgimiento de otras evidencias.
A
partir de ahí ha pasado de todo, al extremo que alguien trató de asfixiarla con
una soga en su cuello en octubre del 2010 mientras se encontraba en un alberque
o prisión, según las reseñas de la prensa puertorriqueña.
De
inmediato, los investigadores descartaron la posibilidad de que alguien tratara
de eliminarla físicamente, basándose en
que la presidiaria se encontraba sola en el alberque e invocaron la supuesta tentativa de un suicidio. Esa parte aún está
oscura.
Han
surgido varias teorías sobre ese crimen, como la que señala que la persona que
habría asesinado a Georgina Ortiz Ortiz lo hizo parado detrás de la víctima y
que debía ser zurda, pero resulta que Aida de los Santos es derecha, lo que se convierte
en una atenuante a su favor que la desligaría del caso, si se administra
justicia en buena lid.
La
otra atenuante que la beneficiaria es el hecho de que la dominicana se haya
presentado de nuevo, voluntariamente, ante la justicia puertorriqueña, pese
haber sido liberada en la primera fase del proceso e investigación de rigor.
La
pregunta obligada de los que siguen este proceso es, ¿Quién intentó asesinar o
quién tenía interés en matar a la domestica Aida de los Santos? ¿Quién es el
verdadero asesino de la señora Georgina Ortiz? ¿Por qué o qué motivos había
para asesinarla? ¿A quién están encubriendo?
Son
interrogantes que deben aclararse. La opinión pública puertorriqueña, al
parecer, podría estar confundida por los niveles de incongruencias y trastornos
que han rodeado las investigaciones o el peritaje en busca de evidencias.
No
creo que Aida de los Santos sea tan ignorante para retornar a Puerto Rico a
meterse presa de manera voluntaria, asumiendo como cierto que habría asesinado
a esa persona. Compete a la justicia puertorriqueña esclarecer ese asesinato y
encontrar al culpable.
Hasta
ahora, la opinión pública está a favor de Aida de los Santos. Sin embargo,
tiene como desventaja la condición de inmigrante. Sabemos cómo algunas
autoridades boricuas tratan a los inmigrantes dominicanos.
Su
abogado ha centrado la defensa en argumentando la fragilidad de las pruebas
llevadas ante los tribunales por el ministerio público y la defesa de los
familiares de la occisa, factor que podría favorecer a la acusada con una
posible absolución judicial.
La
comunidad dominicana residente en Puerto Rico debe darle apoyo a esta señora y
pedir a través de las organizaciones que como el Comité Dominicano de los
Derechos Humanos y el Movimiento de Integración Dominicana, que la justicia le juzgue sin discriminación y con
los procedimientos procesales que amerita el caso.