SANTIAGO.- Lorenzo
(Lenchy) Vargas fundador en 1977 del recién proscrito Frente Estudiantil de
Liberación Amín Abel (FELABEL) y única persona salida de sus filas que ocupó el
cargo de presidente de la Federación de Estudiantes Dominicanos (FED) deploró
la acción tomada por las autoridades de la UASD en contra de esa entidad, a
raíz de la muerte de un oficial superior policial en medio de desórdenes
ocurridos en ese recinto universitario.
Según su criterio,
el Consejo Universitario actuó incorrectamente “al asumir apresuradamente tan
desatinadas e incongruentes decisiones, asociadas al penoso caso del asesinato
del coronel Julián Suárez Cordero”, ocurrido el 23 de abril pasado.
Lenchy Vargas,
quien representó al estudiantado de la UASD en el período 1979-82, dijo estar
de acuerdo con quienes plantean que los miembros del Felabel que fueron
expulsados de ese recinto universitario, fueron condenados sumariamente, a
pesar de ser ciudadanos que gozan de plenos derechos.
Criticó que tal
cosa ocurrió sin antes esperar el veredicto de la justicia ordinaria “y se
condena sin suficientes elementos de prueba, sin levantarse un expediente
previo y sin defensa por parte de los presuntos responsables del crimen.
Por igual,
desaprueba que se acuse a todo el Felabel “sin que exista un solo
documento o proclama pública que incrimine a esa organización, acusándose, en
consecuencia, de forma indiscriminada, a todos los miembros de ese grupo”.
“Se está manejando
a FELABEL como una organización única y unida, responsable de los hechos
horrorosos ocurridos en el perímetro de la UASD, a sabiendas, como
perfectamente domina el Consejo Universitario, que ese grupo pasa por una aguda
crisis interna, cuya representación la reivindican varias fracciones”, sostuvo
Vargas.
De acuerdo al
expresidente de laFED, el Consejo
Universitario está utilizando al FELABEL como chivo expiatorio “en razón de que
la sociedad está demandando acciones rápidas, concretas y severas de las
autoridades de la UASD frente al asesinato del coronel policial”.
“Una academia debe
tener repuestas serias frente a fenómenos serios y delicados como el caso en
cuestión. No le es éticamente dable “botar presión” y atender reclamos, por
justos que sean, sin aferrarse a los principios de justicia y equidad,
prefiriendo contrariamente, por conveniencia coyuntural, llevar ofrenda al
altar para calmar la furia de los dioses”, puntualizó Lenchy Vargas.
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