<b>JARABACOA.- La existencia de un decreto presidencial
que data del año 2000, sumada a la actitud de la Empresa de Generación
Eléctrica Dominicana (EGEHID) de continuar con el proyecto de construcción de
una hidroeléctrica en las montañas de este municipio, mantienen en pie de lucha
a los diferentes sectores que interactúan aquí, los que se oponen de manera
tajante a la realización de esa obra, si definitivamente se desvía el río Yaque
del Norte, como está concebido.</b>
Se trata de la presa de Manabao, que sería edificada
por las empresas Impregilo y Odebrecht,
de capitales italianos y brasileños y que significaría una inversión superior a
los 310 millones de dólares.
De hecho, las autoridades municipales, los
empresarios, comerciantes, las iglesias y los más variopinto clubes que
accionan aquí no están opuestos per se a una obra de esa naturaleza, sino que
el cauce del principal río de la zona sea trasvasado, en perjuicio de la
comunidad.
El primer interés mostrado por el Estado para
construir la presa se produjo a mediados del mandato presidencial de Salvador
Jorge Blanco, específicamente en 1984, lo que significaría el desvío de las
aguas en la comunidad Manabao, hacia el río Guanuma mediante túneles, con miras
a aumentar el caudal de este último y así alimentar una mini-central
hidroeléctrica.
Sin embargo, más que creer en las bondades
enarboladas por las empresas responsables de la obra, las fuerzas vivas de aquí
consideran que la misma liquidaría económicamente el municipio,
fundamentalmente por ser una zona agrícola, para lo cual precisan de las aguas
del Yaque del Norte.
Fernando Sierra, presidente del Comité por la Defensa del Río Yaque del
Norte, institución que se ha erigido como el estandarte de las pretensiones de
los residentes en este municipio para que el proyecto no se ejecute como está
planificado, sostiene que el pueblo se opone “porque es una desgracia admitir
una cosa de esa envergadura y naturaleza”.
Recalcó que los habitantes en este municipio no se
oponen a la construcción de presas y al desarrollo del país, pero sí al desvío
del Yaque del Norte, en el entendido de que tal cosa sería mortal para el
desarrollo de Jarabacoa.
De acuerdo a un consenso entre las fuerzas vivas de
aquí, aceptarían sin mayores inconvenientes que la hidroeléctrica se construya
en la parte baja del lugar donde confluyen los ríos Yaque del Norte y Jimenoa
“pero de lo contrario no habrá fuerza humana que pueda imponer ese proyecto,
porque no lo aceptaremos bajo ningún concepto”.
Según los datos aportados por el comité en cuestión,
si se levanta la presa en Manabao, el Yaque del Norte sufriría un desvío de
cinco metros de su caudal en ese sitio, los que serían trasvasados a Guanajuma,
Arenoso, Bejucal y Aguacate.
En Manabao se proyecta levantar un dique derivador
de 10 metros y, desde allí, un túnel de 5 kilómetros hacia Guanajuma, donde se
instalaría una turbina para generar electricidad y luego el agua pasaría a otro
túnel de 7 kilómetros y medio para hacerla llegar a otra turbina en Arenoso y
finalmente otro de 4 kilómetros y medio.
Hilda Céspedes, una mujer dedicada a negocios
agrícolas y quien forma parte del comité, estimó que tal cosa provocaría que el
municipio apenas pueda ser beneficiado con un metro de agua, sumados al 1.25
metros provenientes del río Dajao, lo que en conjunto resultaría insuficiente
cuando aquí se construya una planta de agua potable que está en proyecto.
José Manuel Jiménez, reputado técnico en la materia,
es de los que aseguran que tal cosa implicaría un daño ecológico y económico
para Jarabacoa, a cuyo desarrolló el Yaque del Norte ha estado relacionado
desde su creación como tal, el 27 de septiembre de 1858.
Otros miembros del Comité por la Defensa del Río
Yaque del Norte son Omar Rodríguez, Marisela Genao, la alcaldesa Piedad Quezada
de Domínguez, José Agustín Peña, Antonia Suriel, Eli Manuel Hylítalo, José
Reyes, Guillermo Jiménez y Niki Valdez.
Hace una semana el presidente Danilo Medina visitó
esta comunidad y, al ser preguntado sobre el proyecto de la hidroeléctrica en
Manabao, dijo desconocer tal cosa. Empero, el 30 de mayo pasado, en el inicio
del período de transición, se hizo público que Egehid dio a conocer la
reactivación del proyecto, con un costo global superior a los 2 mil, 763
millones de pesos.
Lo dicho por el Primer Mandatario trajo cierta
tranquilidad a los que se oponen al proyecto, pero desean que Medina derogue el
decreto 689-00 emitido por el expresidente Mejía y que está vigente.
Por eso se han desarrollado multitudinarias
actividades públicas, como una marcha y una misa en el puente sobre el Yaque
del Norte, con lo que el comité ha logrado vertiginosamente crear conciencia
entre los lugareños, de que no deben permitir el desvío del río.