<b>Los dominicanos, quienes se alarman por el déficit eléctrico, debían
hacerlo más por el de agua y los bajos niveles de tarifa y cobranza, que
deberían reflejar en lo posible los costos del servicio, así como los costos de
gestión ambiental y de administración e infraestructuras, declaró este viernes
el vice ministro de Planificación del Ministerio de Economía, Planificación y
Desarrollo.</b>
“Y no se trata de privatizar el agua, un recurso estratégico,
un bien público, sino de mejorar la calidad de la gestión y la
comercialización, con un criterio de que cada ciudadano pague lo que le
corresponde por ese recurso valioso, vital
y escaso”, sugirió Juan Tomás Monegro.
El Viceministro de Planificación del MEPYD habló en el acto
celebrado en la sede del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (INDRHI) en
ocasión de la celebración del Día Mundial del Agua, en el que intervino el
director de esta última institución, ingeniero Olgo Fernández.
Dijo que también son desafíos para el sector agua los altos
costos financieros de la adaptación requerida para enfrentar los efectos del
cambio climático y las sequías prolongadas, informó la Unidad de Comunicaciones
del Ministerio.
Consideró desesperanzadores los bajos niveles de cobranza de
la Corporación Autónoma de Acueductos de Santo Domingo (CAASD) de sólo 33%, de
Inapa con 10% y las CORA, 22%; con la excepción de la Corporación del Acueducto
de Santiago, con 86%.
En el país las estadísticas oficiales y de organismos
internacionales establecen un desperdicio de agua potable de 55% de 80% en la destinada a riego, aunque alivia
que la cobertura boscosa haya sido incrementada hasta en 39.7% del territorio,
dijo el funcionario.
Empero señaló que las áreas críticas de las cuencas altas
prioritarias continúan con niveles elevados de degradación, lo que afecta la
producción de agua en cantidad y en calidad, debido a los problemas asociados a
la degradación y a la erosión de los suelos.
Monegro considera como otro desafío no menor el que el
Congreso Nacional aún no aprueba el proyecto de Ley de Agua donde “da tumbos”
por casi veinte años y respaldó esa demanda del Instituto Nacional de Recursos
Hidráulicos.
Recordó que en la Estrategia Nacional de Desarrollo como en
el Plan Plurianual 2013-2016, ambos instrumentos del Sistema Nacional de
Planificación, están contenidos los objetivos, las metas, los proyectos y las
políticas de desarrollo del sector agua.
Comentó que la disponibilidad de agua en el país, como en el
resto del mundo, ha ido menguando hasta convertirse en un problema que al
agravarse hace su solución más compleja.
Dijo que aun cuando a nivel nacional existe una
disponibilidad de agua de 25 mil millones de metros cúbicos por año, que
considero buena, menos del 70% de la población de las regiones Central,
Oriental y Nororiental cuenta con acceso a una fuente mejorada de
abastecimiento.
“Y tenemos limitaciones de cobertura y distribución, a lo que
se agrega la baja calidad de los servicios y de infraestructura, y una
potabilización promedio que no alcanza el nivel promedio establecido por la
guía de la Organización Mundial de la Salud”, lamentó.
Consideró la cobertura de alcantarillado y saneamiento urbano
es otro problema pues su alcance es de sólo 21% de la población, el que
calificó de crítico, debido a las consecuencias que el mismo tiene en la
contaminación de los cuerpos de aguas superficiales y subterráneos.
Subrayó que ese problema lo agrava la ineficiencia en el uso
del agua y el incremento de la demanda que al combinarse se convierten en un
círculo vicioso que da al traste con el incremento de la presión hídrica,
indicador que establece la cantidad de agua y su disponibilidad.
“Se estima que para el 2025 a las cuencas de los ríos Yaque del Norte
y Yaque del Sur le habremos comprometido el 98% y el 84% del agua disponible.
Es decir, que no hay rejuego con una presión hídrica tan elevada”, previno.