San Francisco, Estados Unidos, 20 mar (PL) El manager de la selección puertorriqueña de béisbol, Edwin Rodríguez, reconoció hoy aquí la superioridad de República Dominicana en el III Clásico Mundial.
Dominicana fue sin dudas el mejor equipo del torneo, muy completo, con grandes bateadores y muy buen pitcheo, admitió Rodríguez a la prensa.
Los boricuas cayeron blanqueados 0-3 ante los quisqueyanos en la final del certamen universal para convertirse en el primero en ganar invicto la justa.
"República Dominicana tiene un gran talento. Otros equipos también tenían un gran talento y estrellas de Grandes Ligas, pero Dominicana tiene pasión, deseos, y eso la llevó al título", acotó el timonel.
Según Rodríguez, el conjunto puertorriqueño, la gran sorpresa del Clásico Mundial-2013, se despidió con la "frente alta" del torneo.
"Estamos descontentos, porque hubiéramos querido ganar, pero los muchachos lo dieron todo en el terreno y a mi criterio se pueden ir con la cabeza alta", señaló.
Para fanáticos y periodistas, el plantel boricua llegó más lejos de lo que se pensaba al clasificarse entre los cuatro grandes del certamen.
"Cuando estábamos jugando la ronda inicial en San Juan, Puerto Rico, con Repúblcia Dominicana y Venezuela en la misma llave, definitivamente nadie nos daba chance y lo hicimos", afirmó Rodríguez.
Por primera vez en tres participaciones, Puerto Rico logra acceder a la final de un Clásico Mundial, éxito que espera se revierta en mayor apoyo para la deprimida liga del béisbol profesional boricua.
"Comenzamos este torneo con un propósito y hemos hecho un buen trabajo despertando el deseo de los jóvenes en Puerto Rico para volver a los terrenos de béisbol y tratar de alcanzar las Grandes Ligas. Creo que esa fue la misión que teníamos y la cumplimos", subrayó Rodríguez.
Rodríguez está reconocido como un mentor de grandes conocimientos, por su paso por las Ligas Menores de Estados Unidos y al frente de los Marlins de la Florida por dos temporadas en la Gran Carpa.
Como jugador, tuvo un breve paso por las Mayores con los Yankees (1982), que le habían firmado como agente libre en 1980, y con los Padres de San Diego (1983 y 1985).