SANTIAGO.- El semanario Camino deploró que la docencia haya sido
suspendida por el gremio que agrupa a los profesores, al resaltar que una
acción de esa naturaleza parecía un recuerdo del pasado.
Por intermedio del editorial correspondiente a la edición que
circula desde hoy en los templos católicos, titulado “Otra vez”, el medio
impreso religioso no obstante reconoce que los salarios de esos servidores no
les permiten vivir con dignidad.
Al rechazar la paralización de clases Camino dice que pensaba
que los maestros habían encontrado otro método de lucha para conseguir lo que
estima como “justas aspiraciones” de tener salarios más acorde con sus
necesidades económicas “y desempeñar su hermosa labor sin sobresaltos mensuales a causa de un
presupuesto familiar cada vez más
deficitario”.
“Pero la realidad nos ha dado en
la cara; pensábamos que el Ministerio de Educación actuaría con más sensatez
para buscar una salida armoniosa a este
conflicto que vuelve trizas los sueños de
miles de familias pobres que no tienen otra salida que enviar a sus hijos a los centros escolares públicos,
aunque tengan que saborear el trago
amargo de la impotencia al ver perder horas de clase que luego se transformarán en vacíos académicos cuando
éstos llegan a la universidad”, sostiene.
Agrega que, en vez del Ministerio de Educación
gastar recursos económicos en espacios pagados para justificar su actitud, dinero
que debería invertirse para suplir tantas
necesidades del sector educativo, tiene que alimentar el diálogo con los maestros y en
la mesa de negociación pensar más en el país buscando salidas justas y
razonables”.
A juicio de Camino, tanto la Asociación
Dominicana de Profesores (ADP) y el
Ministerio de Educación deben entender
que la calidad de la enseñanza dominicana tiene que mejorar sustancialmente, porque el lugar que ocupa en el
concierto de naciones en cuanto al nivel
de nuestros estudiantes es penoso.
En tal sentido, dice que llegó la hora de
buscar nuevos horizontes en la disputa que mantienen ambas instituciones, dejando
atrás las confrontaciones.