Las condiciones de pobreza en que aun malviven millones de
dominicanos, se constituye en uno de los principales factores a tomar en
cuenta, al momento de delinear una política criminal y de seguridad ciudadana.
La exclusión social impacta negativamente, en la adaptación
social y moral del ciudadano, creando un ambiente propicio para que el o la
adolescente, se inserten en el mundo del crimen y la violencia.
La lucha contra la pobreza se ha constituido en una de las
principales líneas de acción del gobierno del Presidente Danilo Medina, ya que
no solo afecta a quienes la padecen, también a la sociedad en general.
La sociedad dominicana está fundamentada en el consumismo
desmedido. Los cambios en el modelo económico han impactado negativamente en la
movilidad social, y los patrones de conductas, especialmente en las
generaciones mas jóvenes.
Dentro de las familias que se clasifican bajo la condición de
pobreza, están aquellas encabezadas por mujeres que, por una u otra razón, no pueden trabajar. Están además las familias
que carecen de un padre, ya sea por divorcio, abandono o viudez, por lo que la
mujer se ve en la obligación de asumir la jefatura del hogar.
Muchas veces la falta de preparación académica o técnico-laboral,
o que tenga hijos menores, les dificulta ingresar al mercado laboral. Pero
existen otras familias, en las que, aunque uno o varios de sus miembros
trabajen, los ingresos les resultan insuficientes para hacer frente a las
necesidades del hogar.
EL DESEMPLEO
El desempleo es uno de los principales síntomas de los
problemas estructurales de la economía dominicana, y un factor que influye
negativamente en la calidad de vida del dominicano, en los niveles de violencia
social, y en la criminalidad.
Los desempleados
constituyen una población cambiante, para quienes el estar desempleados puede
precipitar problemas familiares, psicológicos, de salud, divorcios, y
financieros de carácter catastróficos.
LAS MUJERES COMO JEFAS
DE HOGAR
El objetivo de la mujer cuando trabaja, en su condición de
jefa del hogar, es poder ofrecerles las mínimas necesidades a sus hijos. Cuando
la mujer desempeña múltiples funciones, puede sufrir serias tensiones
emocionales, si no es capaz de cumplir con las expectativas que se ha propuesto.
Esa situación podría ocasionar el descuido en la crianza de los niños,
afectando también la comunicación entre los integrantes del núcleo familiar,
elemento fundamental en las relaciones familiares, y en la transferencia de
valores y principios éticos y humanos. Estos elementos se encuentran entre los
indicadores del perfil de un criminal.
Desde 1981 al 2002 se
incremento en un 13.3 por ciento el número de hogares, en el que la mujer tuvo
que asumir la jefatura o dirección de la familia.
En la zona urbana, el 37.7 por ciento de los hogares
dominicanos, está encabezado por mujeres, siendo el Distrito Nacional la
provincia principal, con el 43.5 por ciento.
De acuerdo a los datos, aportados por la Oficina Nacional de
Estadística, en la Monografía titulada ´´La Jefatura de Hogar en la República
Dominicana´´, la mujer dominicana ha
tenido que ir asumiendo roles que originalmente eran responsabilidades de los hombres.
Es por ello, que una política inclusiva de la mujer, en la
que se le otorguen las facilidades económicas y de formación necesarias,
contribuiría enormemente, con la reducción de la pobreza, y por consiguiente,
de la violencia social y la criminalidad. Independientemente de que estos aspectos están influidos también por otras variables.
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