Las políticas, las técnicas, los métodos y las visiones que Japón aplicó para su relanzamiento desde el ámbito de lo rural después de la II Guerra Mundial fueron compartidos por técnicos de esa nación y dominicanos en un foro sobre reducción de pobreza en América Latina.
La conferencia magistral “Experiencia del Desarrollo Rural en Japón: Política y Aplicación en Latinoamérica” tuvo lugar la tarde de este miércoles en el Centro de Exportación e Inversión.
La coordinaron la Agencia de Cooperación Internacional del Japón (JICA), la Red de Centroamérica, Caribe y México de Desarrollo Rural Participativo (REDCAM) y el Ministerio de Economía, informó este jueves su Unidad de Comunicaciones.
La experiencia japonesa después de la II Guerra Mundial la expuso el profesor Tomomi Kozaki, de la Universidad de Senshu, en Tokio; la extensionista Sumiko Katayama, sobre la experiencia de vida integral, y el consultor en desarrollo rural participativo, Nobuaki Hanawa, el desarrollo rural participativo hacia el mejoramiento de vida en América Latina.
Los expertos japoneses aconsejaron inducir el conocimiento en los productores a reconocer la importancia de la vida en sentido integral y a eliminar el paternalismo, factores sobre los cuales presentaron resultados exitosos de reducción de pobreza en El Salvador y Guatemala.
Kozaki consideró vital promover el mejoramiento de la vida familiar y en ese sentido citó la técnica Kaizen aplicada en Japón tras la II Guerra Mundial y que consiste en la formación de sujetos autogestionarios y el desarrollo de habilidades.
La extensionista Katayama, con 42 años de experiencia, sugirió la contratación de personas que puedan asesorar y animar a los productores rurales cuando tengan dudas.
En la bienvenida a los participantes el director de JICA, Shoji Ozawa, manifestó que Japón mantiene como compromiso y voluntad seguir apoyando los esfuerzos para la mejora de la vida rural dominicana, mientras que el embajador Soichi Sato, expresó el deseo de que la experiencia de su país pueda ser aplicada aquí para fortalecer aún más las relaciones de cooperación.
También hablaron en la apertura del foro el viceministro de Cooperación Internacional del Ministerio de Economía, Inocencio García Javier, quien reconoció la participación como el concepto fundamental utilizado por Japón para su desarrollo después de la II Guerra Mundial.
El funcionario consideró por tanto necesario evitar “imponer desde el gobierno central los factores que determinan la participación a nivel de todo el territorio, sino una vinculación entre gobierno central y el gobierno local, pero con una visión de desarrollo sostenible”.
También hablaron en la apertura el director del Instituto Agrario Dominicano, Alfonso Radhamés Valenzuela, y la viceministra de Planificación del Ministerio de Agricultura, Agnez Cishek.
El viceministro de Planificación, Juan Monegro, expuso sobre la pobreza en la zona rural dominicana, trabajo que tituló El Desarrollo Rural en la Estrategia Nacional de Desarrollo.
En el mismo aseguró que la agricultura ha perdido peso en la determinación del PIB de la República Dominicana en las últimas décadas pero que su importancia sigue siendo crucial para el desarrollo futuro dominicano.
Recordó que la agricultura aporta al PIB ocho de cada cien dólares, 30 de cada cien dólares de ingreso por exportación y 15 de cada 100 empleos, además 34 de cada 100 habitantes residen en las zonas rurales y 21 de cada cien unidades monetarias del gasto familiar es en productos alimentarios provenientes de la agricultura.
Dijo que la pobreza en el campo dominicano es monetaria y estructural, por lo que “la provisión de servicios básicos, así como la dinámica socioeconómica suelen ser más limitadas”, persistencia de factores que ha generado grandes disparidades urbano-rurales que retan a los hacedores de políticas públicas.
Informó que el Índice de Necesidades Básicas Insatisfechas en la zona rural es de 63.8% y en la urbana de 36.1% y abordó el tema de la Estrategia Nacional de Desarrollo desde la perspectiva social, económica y ambiental.
Recordó que un objetivo básico de la Estrategia es reducir la disparidad urbano-rural e interregional en cuanto al acceso a servicios y a oportunidades económicas, mediante la promoción de un desarrollo territorial ordenado e inclusivo.
Subrayó que en este ámbito la meta es una reducción considerable de la línea de pobreza en la población urbana y rural al 2030, “un compromiso del Gobierno en conjunto con todos los actores de la sociedad”.
Los comentarios de la actividad estuvieron a cargo de la directora de la Unidad Asesora de Análisis Económico y Social del Ministerio de Economía, Magdalena Lizardo, del viceministro de Desarrollo Rural de Agricultura, Ismael Cruz, y del decano de la Facultad de Ciencias Agroalimentarias y del Ambiente de la Universidad ISA, Rafael Amable Vásquez.