En el merengue no hay crisis, la crisis existe en el mercado de la música, porque el disco que lo era ante, hoy no es negocio en ninguna parte del mundo, como apropiadamente se expuso en el encuentro reciente organizado por el destacado merenguero Héctor Acosta (El Torito).
Hoy no existen las disqueras, porque invertir el disco es como arar en el mar, la tecnología ha facilitado su reproducción y distribución masiva y aunque son muchos los usuarios, son escasos los compradores.
Por eso, resulta difícil para un artista lograr una empresa discográfica que invierta en ellos millones de dólares o pesos a sabiendas que jamás los va a recuperar.Eso lo saben los merengueros tradicionales dominicanos, que a mi modo de ver se han estado quejando de una crisis que no es la del merengue, sino de la crisis que vive el país.
Y es que en el contexto mundial en que la música ha dejado ser el negocio rentable que era, claro bajo los esquemas anteriores a la explosión tecnológica, en el caso dominicano, este negocio ha adquirido otros agravantes.
UN MERCADO COMPLICADO
El primero es que ya los merengueros no hacen lo que hacían antes, invertir en la difusión del merengue. Hace años que el baile en discoteca dejó de ser rentable, y eso se agravo cuando el gobierno dispuso limitaciones en la vida nocturna, con el alegato que esos lugares guarecían a delincuentes que luego se dedicaban a atracar a ciudadanos.Hay merengueros que susurran que ese es uno de los problemas que más les afecta, pero temen salir a plantearlo de manera pública por temor al rechazo que podría provocar una solicitud de que se revoque la medida.Y tienen razón, los bailes amenizados por orquestas en discotecas comenzaban próximo a la medianoche, y bajo las regulaciones de control de bebidas, es a las 12 de la noche cuando se deben cerrar todos los establecimientos. Bajo esa condiciones a ningún propietarios de discotecas se le ocurre contratar una orquesta.
El otro punto es el de la difusión radial. La payola radial se ha encarecido, al punto que se habla que para promover un temas musical se requieren de unos 300 mil pesos, que es el impuestos ilegal que deben pagar para que se escuche su música.Si se les agregan los impuestos o gravámenes que deben cubrir por operar el negocio, tanto del gobierno central como municipales, pago de Seguridad social, derechos de autor y otros cobros, oficina y personal , resulta de elevado costo operar, afirman la mayoría de los merengueros, que en la practica vienen a ser medianos empresarios.
Una minoría ha logrado el nicho de las fiestas privadas, logrando ingresos financieros suficientes para operar, pero no dejan de sentir el vacío que le representa otros factores de los que están ausentes comí artistas, como es la difusión de su música. Otros se han agregado al partido de gobierno para compensar la crisis del mercado, logrando contratas, aunque algunos tienen dificultades para cobrar luego de cumplir ellos con sus compromisos.
VENTAS DE EMPRESAS
A la crisis del mercado hay que sumar los movimientos empresariales, la venta de firmas como Brugal y Cervecería Nacional Dominicana. La venta de la licorera Brugal a un grupo europeo coincidió con la crisis de la Eurozona. Hay quienes aquí sostienen que el desmantelamiento de el área de entretenimiento de Brugal obedece a las crisis que afecta al grupo empresarial europeo que la adquirió, aunque otros lo atribuyen a esquemas gene cuales que no tienen en la música el motivo principal para vender el ron. Ahora los merengueros esperan el impacto que tendrá la adquisición de la mayoría accionaria de Cervecería Nacional Dominicana (CND) por parte de la brasileña , que prácticamente pone en una empresa el mercado de la cerveza en República Dominicana.
O sea, sin disqueras, restricciones en la vida nocturna, múltiples y elevados impuestos, venta de empresas pilares en la promoción de la música, en medio de una economía también en crisis, los merengueros más tradicionales lo andan es en busca de repuesta a su incertidumbre.
Los hay que saben, y lo expresan, que la crisis no es del merengue sino del país; otros en cambio, lo saben, pero no lo externan, porque como "aprovechados" al fin, le ha ido bien arrimados a los políticos, y su plan es seguir buscando por medio de ellos la solución a sus problemas, sin importarles lo que ocurra a sus compañeros y al país.
Pero lo que desearía un sector es una puerta que le permita dialogar con quienes tienen el control del Estado, para asegurarse que sea puedan cooperar en la búsqueda de alternativas a la situación que confiesan es insostenible.Si en verdad quieren que su voz se escuchen, los merengueros deberán de organizarse bien, sumarse a los bachateros, músicos como ellos, definir bien sus objetivos, y marchar unidos hacia las instancias que podrían hacer causa común con sus propósitos.