No soy de los que se asustan si mis juicios sobre temas nacionales no coinciden o son discrepantes de otras personas, e incluso instituciones. Normalmente dejo a mi espíritu -en plena libertad- ver lo que ocurre ahora en el país, y lo que ocurrió en el pasado reciente o remoto. <br>
Es un ejercicio que arroja un estado pleno de conciencia.
Hay personas -muy queridas algunas- que no han escatimado esfuerzos en demostrar que el grupo de Rosario fue a la JCE a evitar que el PLD perdiera las pasadas elecciones.
En términos figurados recogieron todos los residuos de los talleres de ebanistería de la ciudad, y los echaron todo -a la vez- por el conducto que permitiría refrescar el funcionamiento de la Junta Central Electoral.
Todo era sospechoso y todo tenía que ser denunciado para crear la suficiente presión en la opinión pública que obligara a los peledeístas a ceder e imponerle un nuevo gobierno con Papá, pero parece que “algo” no salió bien en la aplicación de esa estrategia “infalible”, como se creyó.
Y la verdad es que les funcionó muy bien el proyecto hasta que los afectados advirtieron lo que estaba ocurriendo. Se dieron cuenta los peledeístas de que se le estaban comiendo “todos los caramelos”.
Lo primero fue la denuncia del Centro de Cómputos y se subió y se bajó el asunto hasta que se le encontró, gracias a Agripino Núñez y al Cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez, una salida airosa al asunto.
Otro fue el tema de los déficits de las operaciones corrientes de las cuentas del Estado. Martínez Moya -un hombre bueno y a quien respeto- realizó más de 70 denuncias de irregularidades de los cuales ninguna fue comprobada. Según el criterio de Martínez Moya aquí deberíamos estar “peleando” como resultado de las nuevas “papeletas de Lilís”.
En realidad lo que ha ocurrido es que el Banco Central acaba de ordenar una importante rebaja de la llamada “tasa lombarda”, que es la que la entidad le cobra a los bancos y que debe incidir en un movimiento hacia la baja en el mercado financiero.
¿Cómo es posible que profesionales de ese nivel permitan que su reputación técnica termine deshecha en términos de credibilidad, por arriesgarse a un juego “piramidal” como es el activismo político?.
¿Vale la Pena? Personalmente creo que ese “albur” arribista no funcionó, y solo en ocasiones muy especiales puede resultar.
Debemos recordar lo ocurrido en el aspecto legal del PRD en los últimos meses y si ha valido la pena las posiciones que ha “andado y desandado” el doctor Enmanuel Esquea dentro de la lucha política.
Yo no creo en eso de que en política “todo se vale” y para ganar usted puede cambiar cifras, que es lo mismo que robar la voluntad electoral del ciudadano y que incluso se podría “prohijar” una situación de fuerza que luego arreglaríamos desde el poder. Eso es sencillamente no solo “horrible”, sino la esencia diabólica del autoritarismo y del fascismo.
Para los “tramantes” sería tan obvio “el triunfo” que todo era de confiar en la premisa de que el PLD no pelea y que están demasiado ricos como para oponerse a la aventura si se le garantizara lo suyo.
Usted, amigo lector, podría creer o no lo que acabo de escribir, pero le garantizo que en todo se pensó. Y cuando ve las soluciones de los “salvadores” de la democracia usted reaccionará estupefact “Por favor, amigo, no me salve, déjeme…déjeme irredento en este “Valle de Lágrimas”… tranquilo, a sufrir mis viejas inclemencias. No, no me salve por favor.
junio 2012<br>