Las encuestas son el mecanismomás efectivo del sistema democrático para
medirla aceptación de los candidatos a
un eventual certamen electoral, dicho de otra manera, para determinar la intención de voto de la
mayoría de la población votante con base en una muestra tabulada y sometida a
análisis por expertos que toman en cuenta elementos como edad, sexo, clase
social, etc.
Este mecanismo tiene el aval de las matemáticas o ciencias exactas
pues se entiende que los números son fríos, no mienten y su margen de error es
también medible. Así, el voto femenino que es más del cincuenta por ciento del
universo de votantes dominicanos prefieren a Danilo; en el segmento juventud Danilo
queda punto con mucho aunque en el segmento de los primeros votantes o votantes
por vez primera existe un empate técnico, pero en votantes de 18 a 29 años la
ventaja de Danilo es indiscutible.
Todos esos elementos conducen a los especialistas
a afirmar que en los escasos días de campaña electoral es casi imposible
revertir la tendencia hacia la victoria de Danilo. Pero Karl Clauswitch afirmo
que la política era la continuidad de la guerra empleando medios diferentes a
los propios de la guerra, es obvio que tendremos batalla hasta que la Junta
Central Electoral proclame un ganador.
Por ejemplo, a tan solo quince días de las
votaciones, cinco firmas encuestadoras dan ganador a Danilo Medina, candidato
del PLD y de una coalición de partidos agrupados en el llamado bloque
progresista o grupo del No al retroceso político. <br>
Esas cinco reputadas firmas
internacionales de análisis de encuestas políticas normalmente emplean a
profesionales extranjeros en el análisis de los datos tabulados, en razón de
que en el país no existen firmas politologías con la debida credibilidad para
realizar tales estudios. Solo el trabajo de campo o recolección de datos es
dejado en manos locales.
A pesar de ello vamos a dejar de lado las afirmaciones
en contra como las a favor de estas encuestas y vamos a comentar a la única
firma encuestadora que da ganador al candidato Hipólito Mejía Domínguez, que es
la firma encuestadora del Cibao, la cual, además, a diferencia de las otras es
enteramente nacional.
Así, tenemos que esta firma -radicada en la
ciudad de Santiago de los caballeros-, otorga un 51% de los votos a Hipólito Mejía;
si como se dice en los mentideros políticos y conforme a como refieren los que
restan validez a los datos de las firmas encuestadoras estos son amañados y hacemos
el cálculo de otorgarle un cinco por ciento de margen de error tendríamos que
de seis firmas encuestadoras cinco dan a Danilo Medina como ganador y solo Una
a Hipólito. <br>
De donde se desprende que en la medición de firmas encuestadoras
Danilo queda como ganador con más del ochenta y cinco por ciento de los votos
sometidos a medición. Pero si nos mantenemos solo en la encuestadora del Cibao
tenemos que la misma con un margen de error pone a Hipólito con un 46 por
ciento de los votos, dicho en pocas palabras, también da ganador a Danilo
Medina.
Ante todo estos vaivenes los partidarios de Hipólito
recurren al argumento de que eso no es lo que dicen los sondeos radiales y
televisivos ni los sondeos de las calles. Si sometemos a comentarios estos
sondeos tendremos que ir al análisis del carácter conservador del pueblo
dominicano el cual es muy parco al momento de dar su real opinión y muchas
veces da la respuesta más simple y adecuada al momento, es decir, los sondeos
no son una muestra científica ni implican un conocimiento real de la verdad,
pues de ordinario ocurre que el voto perredeísta es muy espontaneo, es decir
corresponde al segmento expresivo de la población pero, un análisis histórico
conduce a identificar el voto expresivo como no determinante en las elecciones
dominicanas, me explico, los votos determinantes de las elecciones dominicanas
lo son el voto conservador, siempre indefinido en la campaña y el voto
denominado silente.
Distinguimos el voto silente del conservador
en razón de que el voto conservador es un voto identificable mientras que el
voto silente solo se expresa al momento del voto y a lo sumo en boca de urna
nunca antes. Así tenemos que senda masa de votantes conservadores y silentes
tienen la tendencia natural a votar por el candidato menos estridente, más
sosegado y más ecuánime. Como puede observarse ese candidato, o el candidato
con ese perfil, no es el señor Hipólito. El PRD no ha sido capaz de entender
esta situación y por eso perdía casi siempre de Balaguer pues éste político resulta
con el perfil adecuado para al menos estos dos segmentos de votantes. La
situación actual es muy parecida a anteriores en el sentido de que más que por
programa, el votante decisivo buscará al más sosegado y ecuánime de los
candidatos. Eso es lo que reflejan las encuestas la estridencia perredeísta y
la calma de Danilo.
El asuntollega a tal nivel que algunos viejos zorros de la política llegan a
plantearse que habrá segunda vuelta, o lo que es lo mismo, a apostar por una
segunda vuelta. En el sentido de que el supuesto hartazgo electoral crearía una
pasividad frente a ambos candidatos punteros unos por miedo al desastre
2000-2004 y otros por hartazgos. Sin embargo, para que esto último fuese cierto
deberían las encuesta reflejar cierta abstención electoral y no se percibe que
vaya a haber una abstención significativa o determinante.
Los días que nos restan de aquí hasta el 20
de mayo nos dirán hasta qué grado han acertado las firmas encuestadoras, o bien
hasta que punto, el pueblo puede evadir las mediciones matemáticas de esos
profesionales. Sin embargo, una cosa resulta clara el país no parece estar en
ánimo de retroceder ahora más que en ningún otro proceso se percibe una
intención de voto que busca mirar hacia delante no se votará más que en contra
del retroceso y en pro del progreso. El contenido de los espots publicitarios
de los candidatos sugieren un esfuerzos por ir a problemas concretos de la
actualidad, la diferencia la hará aquel que tenga mayores posibilidades de
probar al elector que es capaz de mover al país hacia delante con su proyecto
y, que a la vez, tenga menos compromisos con un pasado que produce espanto y
con un presente que requiere correcciones. De ahí la consigna del cambio
seguro.DLH-6-5-2012