<span style="font-weight: bold;">Santo Domingo (PL) Estadísticas de homicidios y tasas de criminalidad
pueden encontrarse en los anuarios de cualquier país, no así los
feminicidios, abusos físicos, morales o sexuales contra las mujeres.</span>
Gracias a la denuncia de organizaciones dominicanas como Colectiva Mujer
y Salud, otros entes sociales y comunitarios, se contabilizaron en 2011
unas 233 muertes en el país, aunque muchas otras se estima cayeron bajo
otras clasificaciones, sobre todo las ocurridas días después de la
agresión sufrida.
En lo que va del 2012, solo en el primer trimestre se reportaron 60 decesos.
El Centro Bonó de República Dominicana dio a conocer un informe, el cual
indica que el 80 por ciento de las familias del país viven en situación
de vulnerabilidad a la violencia debido a condiciones de vivienda,
falta de educación, bajos salarios y carencia de servicios básicos.
Jenny Torres, investigadora social del centro, dijo que la pretensión de
la investigación es denunciar las brechas en la contabilización de la
pobreza, al pretender usar un mismo rasero como si todos fueran iguales.
También explicó que el factor fundamental para ubicar a las familias en
los diferentes estratos es la vivienda, seguida por la educación.
La especialista en temas de política social relató que muchos de los
padres de familia son analfabetos o se encuentran dentro de los sectores
peor remunerados, lo cual no les permite salir del estado extremo de la
pobreza.
Roque Félix, director ejecutivo del Centro Bonó, explicó que los
programas de subsidios sociales desarrollados en el país no contribuyen a
solucionar esta problemática.
Apuntó que en el país hay grupos excluidos y puso el caso de los hijos
de nacionales haitianos, quienes aunque hayan nacido en territorio
dominicano, no les facilitan documentos.
La presidenta de la Plataforma de Mujeres Artistas Contra la Violencia
de Género, Cristina del Valle, reveló que en un informe presentado ante
la Organización de las Naciones Unidas, Dominicana aparece como un
paraíso de la prostitución y la trata de personas, al punto de muchos
hoteles ofrecer menú alimenticio y de féminas.
Lidia Cacho, defensora internacional de los derechos humanos, por su
parte explicó que los datos también están contenidos en su libro
Esclavas del Poder, el cual recoge testimonios sobre el reclutamiento de
mujeres en hoteles para ofrecerla en un paquete alimenticio por 300
dólares.
Indicó que muchos clientes, accionistas y turistas de naciones europeas
se han radicado aquí para hacer sus negocios de prostitución y trata de
personas porque en sus países las leyes son muy severas contra esas
prácticas.
PRACTICA MÉDICA NEGLIGENTE
Las interrupciones de embarazo están prohibidas y perseguidas en
República Dominicana, por la ley y por la religión, incluso cuando las
embarazadas han sido objeto de violaciones, cuando el parto pone en
peligro la vida de la madre o del feto, o cuando este presenta alguna
deformación.
Pero aún si se desea llevar a término el embarazo, en 2011 cuatro madres
murieron en un fin semana en el Hospital Regional Doctor Antonio Musa,
de San Pedro de Macorís.
La Colectiva Mujer y Salud denunció un incremento en las infecciones y
muerte de madres durante el proceso de parto en esa institución.
Demandó del ministro de Salud Pública intervenir el área de Obstetricia
de ese hospital público, a fin de que se investigara más a fondo el
servicio de maternidad por la alta tasa de mortalidad de mujeres pobres.
DETONANTE DE VIOLENCIA
Más que la negligencia médica y la costumbre en hospitales privados de
hacer la mayoría de los partos por cesárea, método que incrementa el
peligro de complicaciones para la madre y el bebé, la causa mayor de la
violencia es la pobreza, la cual afecta a cuatro de cada 10 dominicanos,
unida a la desesperanza por falta de oportunidades.
Según la especialista en violencia intrafamiliar Ivonne Ortiz,
representante de la Alianza Latina para Erradicar la Violencia
Doméstica, la situación económica, unida al temor de la mujer a
denunciar el maltrato de sus parejas u otro familiar, son los
principales detonantes.
Vecinos y autoridades han sido testigos de acciones violentas previas a
la tragedia final. Sin embargo, las tradiciones machistas y religiosas
obligan al silencio de la mujer, so pena de ser rechazada por su familia
y la sociedad.
La violencia arruina y destruye todo a su paso, pero es más penoso
cuando ocurre en el espacio considerado por la mayoría de las personas
como fuente de amor, solidaridad y comprensión.
Según la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), en 2010 se
registraron 192 feminicidios, lo que representa un incremento de 159 por
ciento con respecto al año 2009. Y siguió creciendo en 2011 con 233.
Generalmente, los crímenes fueron ejecutados en la mayoría de los casos
por el rechazo de la mujer a volver con el agresor o los celos
pasionales.
RESPUESTA LEGAL INSUFICIENTE
María de Jesús Pola, defensora de los Derechos Humanos de la Mujer,
explicó que en el Código Procesal Penal no existe la clasificación de
feminicidio debido a que la legislación solo contempla el homicidio como
forma de quitar la vida a una persona.
La defensora de los derechos de la mujer estimó como un fracaso de la
justicia y de la sociedad un asesinato luego que una fémina amenazada
haya denunciado el hecho, sin tomarse las medidas pertinentes para
protegerla.
La desigualdad económica se expresa en que el 51 por ciento de los
hogares con jefatura femenina están por debajo de la línea de pobreza,
comparado con el 32 por ciento cuando es un hombre el jefe de núcleo.
Asimismo, la tasa de ocupación de la población económicamente activa
masculina duplica la femenina (62.1 contra 31.3 por ciento), en tanto el
ingreso promedio anual de los hombres casi duplica el de las mujeres
(ocho mil 416 dólares contra cuatro mil 985).
También demandó medidas más severas en los tribunales contra situaciones
de abuso a la mujer, así como información precisa de dónde las víctimas
pueden acudir a denunciar esos hechos.
Una especialista en conducta de la Universidad Autónoma de Santo Domingo
atribuyó el aumento de la violencia y la delincuencia en República
Dominicana a la falta de amor entre los seres humanos.
La convivencia y consideración hacia el prójimo son valores a inculcar
para lograr una mejor nación, afirmó la psicóloga Clara Benedicto,
directora de la biblioteca Pedro Mir, de ese centro de altos estudios.
Según la fuente, un 24 por ciento de las mujeres en edades entre los 14 y
los 49 años han sufrido abusos, y la mayoría de las muertes fueron a
manos de sus esposos o ex compañeros.
Pero es imposible cultivar sentimientos de amor en medio de la
desesperanza, de no encontrar empleo o de no alcanzar el salario que se
tiene para mantener una familia, la falta de una vivienda digna y de
acceso a la educación.
En eso se ocupan muchos psicólogos y psiquiatras dominicanos, pero no es suficiente si persisten las causas de la violencia.
Un pacto nacional para erradicar la violencia de género fue firmado en
el Palacio Nacional en marzo pasado por iniciativa de la primera dama,
Margarita Cedeño.
La iniciativa del pacto surge contaminada por una campaña electoral en
la que la primera dama es candidata a la vicepresidencia por el Partido
de la Liberación Dominicana (PLD), de gobierno.
Lo más concreto del compromiso es que incluye ofrecer al presidente
Leonel Fernández un proyecto de ley orgánica para la prevención, sanción
y erradicación de la violencia contra las mujeres y su presentación al
Congreso en la actual legislatura.
Esto implica un esfuerzo sostenido de educación y concientización de la población, empezando desde la infancia y la familia.
Además se establecerá una atención especial a las mujeres víctima de la
violencia, al igual que a sus hijos, quienes pueden quedar desprotegidos
en la parte económica y marcados psicológicamente.
La ley podrá endurecer sanciones, obligar a la fiscalía a dar
seguimiento a las denuncias, pero no podrá eliminar las causas de la
violencia, escondidas en una vida de carencias y sin perspectivas de
oportunidades de cambio en el futuro inmediato.
*Corresponsal de Prensa Latina en República Dominicana.