Manue Vólquez
Las
empresas tienen mecanismos especiales para promover sus productos y así
seducir al público. Se valen de la publicidad engañosa para llegar a la
gente. Es una forma inmoral, abusiva e irresponsable de ganar fortunas.
Con
la apertura de los mercados, esas empresas venden productos
sobrevaluados, de pésima calidad, con tarifas elevadas. Generalmente,
muchas son evasoras de impuestos e introducen las mercancías de
contrabando, según las acusaciones que han encaminado ante los
tribunales por la Dirección General de Aduanas. Lo mismo ha hecho la
Dirección de Impuestos Internos.
El
país está repleto de publicidad engañosa, lo que constituye una forma
brusca de estafar al consumidor. Comúnmente ofertan artículos con
precios que difieren en la práctica de los que anuncian. Hay evidencias
más que elocuentes de lo que estamos diciendo.
Hace
dos años el Instituto de Protección de los Derechos del Consumidor (Pro
Consumidor) intervenido un supermercado y determinó que los productos
que se anunciaban por la televisión, la radio y los periódicos no tenían
la calidad ni los precios que se publicitaban. Los propietarios
tuvieron que compensar a los clientes. <br>
Sin embargo, la población continúa siendo víctima de ese rejuego fraudulento.
En
el período 2008-2010, el personal de verificación de Publicidad del
Departamento de Inspección y Vigilancia de ese organismo realizó 1,923
visitas a establecimientos comerciales a fin de comprobar la veracidad
de las publicaciones de ofertas de bienes y servicios. <br>
Esos
establecimientos son supermercados, ferreterías, tiendas de
electrodomésticos, de tejidos, de ropas, mueblerías, jugueterías y
tiendas de computadoras, donde acude una gran masa de público.
La
investigación determinó que de los establecimientos visitados, el 74
por ciento no cumple con las ofertas publicadas, ya que los productos
ofertados no estaban disponibles, estaban vencidos o próximos a vencer,
así como que los precios diferían de los ofertados o los productos se
encontraban en mal estado.
También
se evidenció que el 40 por ciento de los establecimientos que incurren
en este tipo de violación realizan rectificaciones de publicidad,
resarcimiento a los consumidores, pero el resto no toma ningún tipo de
acción.
Según
esas indagatorias, los medios impresos se cuidan más de esas artimañas,
lo que significa que la radio, televisión y otras empresas utilizadas
por los publicistas son los que más incurren en esa maliciosa
estrategia. Los publicistas tienen a su favor que la mayaría de los
consumidores no sabe diferenciar cuando se le está timando y aprovechan
para inyectar el veneno. <br>
Muchos
consumidores no leen las fechas de vencimiento de los productos, sobre
todo los enlatados, y la no observancia de ese requisito ha costado
vidas útiles. Si visitamos algunos supermercados y colmados veremos la
cantidad de productos expirados, pero los venden al público. <br>
El
problema no sólo se da con productos comestibles. También están
incluidos los medicamentos. En cuanto a los electrodomésticos que se
anuncian por la radio y la televisión, se cometen muchos abusos porque
al momento de comparar los productos notamos que no son los que se
promueven a través de los medios electrónicos. En conclusión, se engaña
al usuario en un abierto reto a las leyes.
Si
no penalizan a los responsables de esas irregularidades, la situación
se mantendrá. Eso es peligroso porque nos estarían conduciendo a
consumir productos malos y a precios fuera de control oficial.