Marsha Revel, la jueza del Tribunal de Los Angeles, ha sentenciado que Lindsay Lohan violó su libertad condicional al no presentarse a nueve clases de educación sobre alcohol. La magistrada ha ordenado que Lohan se entregue a las autoridades para empezar su sentencia el próximo 20 de julio.
Además, la polémica actriz después de los 90 días de prisión, deberá cumplir también un programa domiciliario de control de sustancias durante otro mes y medio más. Entre lágrimas, Lindsay pidió disculpas al tribunal y aseguró que ella no se ha tomado todo "esto como una broma".
"Esto es mi vida, esto es mi carrera. Es algo por lo que he trabajado toda mi vida", dijo. "Me lo estaba tomando en serio. Nunca esperé un trato especial. No me lo estoy tomando a broma", añadió.
La actriz, de 24 años, que ha estado llevando un brazalete anti-alcohol desde el mes de mayo admitió que ha estado haciendo todo lo que le han dicho que hiciera y lo ha hecho lo mejor que ha podido para compaginar trabajo con actuaciones.
Pero al parecer, Marsha Revel no se dejó convencer por los ruegos de Lindsay y antes de dictar sentencia le contestó: "No he podido ser más clara acerca de mis órdenes. No hay excusas que valgan".
COMPORTAMIENTO INADECUADO
Por lo visto, Lohan faltó a nueve clases durante un período de 27 semanas y, según una funcionaria de su programa de educación alcohólica, las excusas eran "interminables e irreverentes".
Entre los pretextos presentados por la actriz estaban varias pérdidas de vuelos, la promoción de una línea de ropa, quedarse atrapada en Carolina del Norte e incluso la muerte de su tío.