Maravillada, pero también extrañada, comenzó a investigar qué le habían dado al niño durante la prueba que quizás había hecho posible ese milagro.
Todas las sospechas recayeron sobre la hormona secretina, que se administra para estimular el páncreas durante exámenes gastrointestinales. Esto fue el principio de un movimiento incontrolable que hace luego se convirtió en reportaje de 20/20, un célebre programa estadounidense.
A ese movimiento se unió el doctor Rubén González Vallina, gastroenterólogo pediatra del Hospital Infantil Baptist de Miami, quien trató de integrar un estudio entre los departamentos de gastroenterología y neurología para establecer la efectividad de ese medicamento para tratar el autismo.
Se trataron varios niños con esta medicina y los resultados fueron muy buenos, desde la segunda dosis, pues comenzaron a distinguir colores y a mostrar concentración.