El Movimiento Revolucionario Nueva Patria (MRNP) apoya el llamado a huelga nacional hecho por decenas de organizaciones sociales y populares agrupadas en el Foro Social Dominicano. Esta acción de presión y reclamo popular de sentidas y urgentes necesidades poblacionales, está ampara en la ley y en la constitución política del País. Se
inscribe, además, en una larga tradición del pueblo de recurrir a su propia acción y movilización para llevar a los partidos gobernantes a cumplir con sus promesas
de campañas y programáticas.
Por demás, en la República Dominicana de hoy hay razones más que suficientes para el pueblo protestar de manera pacifica y ordenada contra una política
económica oficial desconectada de la aspiración mayoritaria y al servicio de los poderosos grupos económicos y financieros criollos y extranjeros postuladores de un modelo económico inhumano y salvaje.
El modelo económico impuesto, con la colaboración de los gobiernos de Hipólito Mejía y Leonel Fernández, es responsable de las quiebras de centenares de medianas y pequeñas empresas que no han podido resistir los elevados costos de producción, la pobre capacidad de compra del consumidor y la competencia desleal de compañías y empresas extranjeras, que amparadas en el
tratado comercial conocido como DR-CAFTA, invaden el país con productos y artículos muchas veces subsidiados por el gobierno de los Estados Unidos.
El llamado a escenificar la protesta nacional encuentra sustento en la negativa percepción que tiene el 72% de la población sobre la marcha de la economía
nacional, como también en la consideración mayoritaria de que la misma no mejorará en el futuro inmediato, tal y como recogen diversos estudios de opinión
realizados en el país.
Por demás, en un país donde en la propia capital hay lugares que por meses no llega siguiera una gota de agua potable, mientras el Presidente anuncia la
inversión de casi 3,000 mil millones de pesos, unos 92 millones de dólares, en la compra de 8 aviones de guerra, queda mas que justifica la acción reivindicativa de los sectores afectados por un orientación económica donde la prioridad no es el ser humano, sino la ganancia y los intereses de los grupos dominantes.
Buscando desnaturalizar el carácter reivindicativo de la protesta, el gobierno y sus bocinas pagadas en los medios de comunicación le adjudican una intención
política-electoral, olvidando que lo mismo argumentó el gobierno de Hipólito Mejía durante el paro nacional de 48 horas que se produjo en enero del 2004. En ese
entonces, Leonel Fernández, candidato presidencial, apoyó y justificó la protesta alegando la existencia de razones suficientes para su realización, tal y como
hace el principal candidato de la oposición hoy, el Sr. Miguel Vargas Maldonado.
Más que adjudicarles intenciones ocultas a la protesta y pretender desprestigiar y reprimir a sus organizadores, a lo que debería dedicarse el presidente Fernández y sus amigos del Palacio es a reorientar el orden de prioridad de sus ejecutorias
económicas. Es a conectar sus oídos con el lamento popular y con el reclamo de millones de personas que sufren hambre, que ven cada día deteriorarse mas el
sistema de salud y de educación publica, para solo mencionar tres componentes de la histórica deuda social que se tiene con el pueblo, mientras se gastan
millares millones de pesos en la construcción de un Metro que sólo resolverá de un 5 a un 8% del transporte público en la ciudad capital.
Las razones que originan las diversas protestas locales y el llamado a paralizar la actividad productiva nacional en Dominicana, atañen tanto a los dominicanos de allá como a los de la diáspora.
Mientras mas se eleva el costo de la vida y se reduce el nivel de ingreso de la mayoría, más dólares tienen que enviar a sus familiares los dominicanos residentes en Estados Unidos. Esta combinación de profundización en la pobreza en el país de origen y un obligado aumento en la remesa familiar, genera más precariedad existencial para la comunidad dominicana en EE.UU. De ahí, que el dominicano emigrado también tiene que apoyar la huelga y su pliego reivindicativo.
7 de julio del 2007