La Secretaría de Cultura anunció la contratación de los laureados escritores Marcio Veloz Maggiolo y Manuel Mora Serrano para escribir una Historia de Literatura Dominicana y realizar otras investigaciones literarias a las que supone carácter oficial. La iniciativa es encomiable, pues se necesita al menos actualizar el acervo literario y la elección de dos figuras tan distinguidas de las letras, intelectuales verdaderos, no podía ser más acertada.
La Historia de la Literatura Dominicana se ha quedado en los doctores Joaquín Balaguer y Max Henríquez Ureña, dos producciones que lingüistas y literatos consideran de un valor extraordinario. Por el rigor de los levantamientos, aún con limitaciones superadas por la época, y la competencia de los autores, se trata incluso de las principales referencias bibliográficas en las investigaciones sobre tópicos literarios.
Lo cuestionable es que la Secretaría de Cultura no licitara, en detrimento de la transparencia e incluso propiciando un dejo de sospechas, la tarea que ha puesto en manos de dos de los intelectuales más calificados. No lo merecen ninguno de los dos, amén de que se trata de una praxis que en la cultura y cualquier otra tarea pública tiene que ser desterrada. Puede darse por descontado que Veloz Maggiolo, si bien es antropólogo, y Mora Serrano, abogado, ganarían sin duda alguna cualquier concurso para elaborar una historia acabada de la literatura, textos narrativos y ensayísticos diversos. Su vasta producción y trabajos literarios son el mejor aval en ese sentido.
Sin embargo, la forma en que la Secretaría de Cultura ha dado al menos a conocer la contratación, no deja de propiciar algunas conjeturas, que si no se han ventilado de manera pública ha sido sólo para evitar malas interpretaciones e intrigas. Se alega, con razón, que República Dominicana cuenta con académicos que tienen doctorados y maestrías en Literatura, a quienes les habría gustado concursar en la tarea que Cultura ha asignado grado a grado.
Si no es su intención, y de seguro que no la es, el 1.8 millones de pesos que se pagará a Veloz Maggiolo y el millón a Mora Serrano puede interpretarse, de muy diversa manera. No se ha informado, por ejemplo, si fue la Secretaría de Cultura que solicitó la investigación o que los beneficiados presentaron algún proyecto en tal sentido.
Como el lenguaje no ha sido el más claro, sino un tanto farragoso, contraste de estos tiempos que se suponen de transparencia, se puede pensar que algún ingrediente político hay de por medio, con todo y los encomiables méritos literarios de los investigadores.
¿Cuáles son los pretensiones de la Secretaría de Cultura? Los detalles aportan claridad y despejan dudas, máxime cuando se tiene el precedente de un libro de historia adquirido por la Secretaría de Educación que después se comprobó no llenaba las condiciones para ser texto del Nivel Básico.