SANTO DOMINGO.-El arzobispo metropolitano de Santo Domingo y la secretaria de Educación afirmaron que a pesar del deterioro moral que se ha producido en los últimos tiempos en el país, no todo está perdido, y apostaron por la construcción de una sociedad fundamentada en sólido valores morales.
Monseñor Nicolás de Jesús Cardenal López Rodríguez y Alejandrina Germán expresaron su confianza en la labor que vienen desarrollando miles de jóvenes en todo el territorio nacional, dentro y fuera de las iglesias y los centros educativos, para alcanzar ese propósito.
No obstante, consideraron que en esta tarea también deben involucrarse activamente no sólo las escuelas y las iglesias, sino particularmente las familias y los diferentes sectores sociales.
López Rodríguez y Germán fueron enfáticos en rechazar las opiniones de sociólogos y de otros profesionales de las ciencias sociales en el sentido de que la sociedad dominicana actualmente se encamina al colapso en términos morales.
Ambas personalidades emitieron esas consideraciones durante una participación especial en el programa “El Cardenal con los Jóvenes”, bajo la coordinación de la licenciada Olga Sánchez de Pérez y que se difunde cada semana por la televisora Televida, de la Iglesia Católica. Participaron, en el rol de protagonistas, jóvenes estudiantes de los politécnicos Cardenal Sancha y Movearte, así como del Modelo de las Naciones Unidas de la Secretaría de Estado de Educación.
Monseñor López Rodríguez afirmó que siente un profundo gozo cuando participa en actividades religiosas con jóvenes, “y los veo con una enorme alegría y el deseo de trabajar en la construcción de esa sociedad ideal a la que aspiramos”.
“Por eso rechazo las afirmaciones de sociólogos de que la sociedad dominicana está perdida. Estoy convencido de que iremos superando ese deterioro moral de la sociedad”, expresó.
Mientras que la secretaria de Educación destacó la labor que viene desarrollando su gestión al frente de la cartera en procura de fomentar, desde los centros educativos, una educación fundamentada en sólidos valores morales, tal y como está concebida en la Constitución de la República, la Ley General de Educación y el currículo vigente.
Observó, sin embargo, que ese propósito no debe quedarse en teoría, sino que en cada momento debe expresarse en práctica de vida en las escuelas y las comunidades por parte de maestros y maestras, estudiantes, las familias y la sociedad en general.