¿Tiene el merengue suficientes méritos para justificar la creación de un gran centro de proyección y exaltación de la cultura musical dominicana?.
El artista y diputado Sergio Vargas ha lanzado la idea de impulsar un proyecto para la creación de “La Casa del Merengue”. Desde hace muchos años he defendido ese propósito y al igual que Sergio también he creído que el Teatro Agua y Luz es el lugar más apropiado para establecer la Plaza del Merengue.
La Casa o la Plaza del Merengue, según la dimensión que asuma el proyecto, podría ser un escenario permanente para la proyección de nuestro principal producto musical, un lugar a donde puedan acudir los turistas y los propios dominicanos para disfrutar todo lo que representa esta expresión de la cultura dominicana. Debería contribuir este proyecto a mostrar de manera pedagógica la evolución histórica del merengue, haciendo énfasis en sus grandes intérpretes y compositores: Ñico Lora, Luis Alberti, Joseito Mateo, Johnny Ventura, Tatico Henríquez, Wilfrido Vargas, Juan Luis Guerra, los Rosarios y Milly Quezada, para citar, sin ánimo excluyente, una parte de los más importantes exponentes del ritmo.
El proyecto puede aportar un g
an escenario para el merengue, pero debe ir más allá. También debe ser un museo y un centro de exposición de nuestra idiosincrasia, desde la gastronomía criolla, hasta el producto artesanal. Es decir, un lugar que refleje la vida dominicana en todas sus manifestaciones.
Y pienso también que la Plaza del Merengue debe mostrar todas las expresiones musicales del país: bachata, son, palos, etc., incluyendo un esfuerzo para proyectar y rescatar algunos de los ritmos que han desaparecido con el tiempo, como la salve, la mangulina y el pambiche. Inclusive, debe darle cabida al merengue producido por músicos de otras culturas, desde los archivos musicales de Xavier Cugat, hasta las nuevas interpretaciones de los grupos puertorriqueños
Este proyecto no solo representaría un gran patrimonio artístico, sino también un recurso para el relanzamiento turístico de Santo Domingo, que podría ayudar a mover hacia la capital una importante cuota de los millones de extranjeros que cada año visitan los hoteles de playa del país.
El merengue podría ser para los dominicanos, desde el punto de vista turístico y cultural, lo que es el tango para los argentinos o la música de los mariachis para los mexicanos. En Buenos Aires, por ejemplo, existe un notable local conocido como “Señor Tango”, que casi siempre forma parte de la agenda de cualquier extranjero que visite la capital argentina con ánimo de ocio o interés cultural.
En México existen cientos de locales que ofrecen como atractivo principal la música vernácula, desde los corridos de Jorge Negrete y Pedro Infante, hasta las rancheras de Cuco Sánchez y Amalia Mendoza.
Paradójicamente, en la Tierra del Merengue no hay un solo lugar especializado en la presentación de nuestro ritmo más representativo. Desde que desapareció “El Patio de Joseito”, prácticamente no hay lugar en el Gran Santo Domingo que se especialice en el ritmo dominicano, con un contenido predominante de música en vivo.
El Teatro Agua y Luz fue construido en el año 1955 como parte del conjunto de obras de la Feria de la Paz y Confraternidad del Mundo Libre, con lo que se conmemoró el 25 aniversario de la Era de Trujillo. En los últimos tiempos ha sido objeto de varias remodelaciones, pero su uso actual es sumamente limitado.
Creo que el Teatro y Luz es el lugar ideal para establecer la Casa o la Plaza del Merengue.
¿Que creen ustedes?