SANTIAGO.- Hace 30 años, Bélgica Suárez decidió incursionar en el mundo de la comunicación social y, al remontarse al inicio de esos decenios, evoca aquellos tiempos en que la profesión de periodista se ejercía de manera romántica, sin pretender dañar honras y reputaciones.
Para esta mujer, que no sólo logró abrirse un espacio enese medio, sino que ha logrado mantener su principalía en el ámbito periodístico, sus colegas de la nueva generación (en un buen porcentaje) tienen un criterio diferente a los de su época.
De acuerdo a la apreciación de Bélgica, ahora se ejerce una comunicación social más comercial que otra cosa, relegándose a planos inferiores el deber que tienen los comunicadores de informar y orientar a la ciudadanía, con objetividad y ecuanimidad.
Su criterio sobre el particular lo enfoca de la siguiente manera: “Los que ingresan con esa mentalidad a ejercer la profesión, lo primero que hacen es criticar lo poco o mucho que, en el aspecto material, uno ha logrado, pero olvidan que, para los de mi generación vivir ahora con cierta comodidad, tuvimos que trabajar muchos años para preparar la zapata que hoy nos permite una vida lo suficientemente digna”.
Para Bélgica Suárez, el pretender alcanzar esas metas de la noche a la mañana está llevando a los comunicadores de reciente ingreso a poner en práctica el lema de “sálvese quien pueda y caiga quien caiga”, perdiéndose paulatinamente la solidaridad que debiera existir entre la clase, como acontecía hace 30 años.
“El país atraviesa por una difícil situación y, en mayor o menor grado, los comunicadores tenemos responsabilidad en eso, porque muchos de nosotros no defienden con el trabajo los intereses de la ciudadanía, sino los personales”, sostuvo.
Para escalar el peldaño donde se encuentra (hasta el punto de ser considerada como la comunicadora más influyente en el Cibao) Bélgica se vio precisada a “quemar” varias etapas dentro del periodismo y la locución, desde que se inició en 1976.
Precisamente ese año, en que decidió involucrarse en la radio santiaguense, Bélgica fue electa como reina de las fiestas del Patrón Santiago, cuya corona exhibió con donaire y orgullo durante su reinado.
Acicateada por algunos amigos, comenzó entonces a incursionar en programas tan disímiles que iban de lo cultural a la música típica, pasando por las notas sociales y hasta la nueva ola.
Su pasión por las actividades patronales la fue conjugando entonces con su presencia en la radio, y fue así como se convirtió en pieza fundamental en el comité que, junto a figuras como don Manuel Ulises Bonnelly, importantizó el comité de fiestas y costumbres de la ciudad.
En 1981, estudiando en la escuela de comunicación social de UTESA, es llevada por su amigo Alejandro Guzmán ante Magda Florencio, editora de sociales del naciente periódico HOY, en el que da sus primeros pinitos en la prensa escrita, al ser designada como corresponsal en esta ciudad, puesto que desempeñó por varios años, hasta ingresar al Listín Diario, donde desde entonces semanalmente publica su columna “En Santiago se Comenta”.
La gran oportunidad se le presentó con la apertura del Canal 7 Cibao, en 1986, al que ingresó un año después con el programa dominical “Ambiente Social”, que aún conserva en el Canal 25. Más adelante y de manera concomitante, mantuvo otro espacio denominado “El Momento del Te”, de corte político.
Ya enraizada en la televisión, decidió crear el programa “Ilusiones”, siempre en el Canal 7 Cibao, que luego trasladó a Teleuniverso Canal 29 y donde ocupa el horario de 10:30 de la noche a 12:30 de la madrugada, ahora con el nombre de “Las Noches con Bélgica”. En ese espacio comparte la conducción con Sergio García, Lenchy Vargas, Eduardo Fortuna y Elvis Madera.