Resulta que el celular se ha convertido en un artefacto peligroso. Tenerlo en las manos o la cintura puede ser una sentencia a la muerte. Vanessa Ramírez Faña no es la primera que muere por defender su celular.
La delincuencia anda detrás de ellos, aunque tenga que matar al propietario.
Hace unas cuantas semanas, una de mis tres hijas llegó llorando. Un individuo en un motor le había arrebatado su celular, y por poco le lleva la memoria con la que escuchaba música.
Como anecdota queda que ella le entró a golpe al asaltante y este no tuvo más que huir. Cuando supe de la muerte de Vanessa Ramírez solo atiné a decir, eso pude pasarle a Jossette Indhira, mi hija.
He conocido de historia de personas que ha muerto defendiendo su celular en la galería de su casa. Delincuentes se presentan y les piden el celular, y por no entregarlo, han sido asesinada.
O sea, que el celular es un factor a considerar en el debate sobre la violencia, al igual que el motor Saltamonte.
El ladrón de celulares es sorpresivo y agrasivo. O logra lo que busca o mata. Sala a la calle a cazar, porque sabe que encontrará. Casi todo el mundo anda con el bendido aparato encima y se mata por él si fuera necesario.
Y mi pregunta es la siguiente. Y es para el Instituto Dominicano de las Telecomunicaciones (Indotel). ¿No existen disposiciones que obligan a las telefónicas a verificar el origen de un aparato de este tipo ante de conextarlo a cualquiera que lo solicite?
Creo que sí existen, pero hay innumerables negocios de celulares que burlan esas disposiciones. Y lo saben las telefónicas. Pero resulta que, aunque no se lo propongan, las telefónicas se benefician de esa situación, pues cuando se le arrebata o roba un celular a una persona, el negocio se multiplica, ya que la víctima del robo tiene que adquirir otro aparato y el que compra el celular robado, a precio de vaca muerta, acude a una compañia con él y se convierte en usuario.
De modo que el robo de celulares es un factor en la competitividad de las telefónicas, aunque ellas no hayan creado este tipo de delito como recurso de mercadeo.
De modo que si la delincuencia anda detrás de los celulares, para venderlos más adelante, es porque las telefónicas están permitiendo la conexión de estos aparatos de manera indiscriminada.
Cuando la delincuencia es tan activa detrás de un tipo de artículo, es porque le representa beneficios rápidos, y a menor riesgo.
Y es que un teléfono celular solo tiene valor en un mercado donde hay compañías que aceptan al portador como usuario, sin importar el origen.
De modo que demos una mirada hacia este singular aparato y decidamos hacer algo. Creo que Indotel puede tomar este tema en sus manos y ayudar a disminuir la importancia del celular robado.
Estoy seguro que el día en que los ladrones sepan que al arrebatar un celular no podrán venderlo más adelante, en ese mismo momento dejarán de herir y matar a personas indefensas.
Con medidas sencillas podemos combatir la delincuencia, y evitar que mueran otras Vanessa, solo por un celular.