SANTO DOMINGO.-En estos días de turbulencia mediática, de coro periodístico en un solo tono, y silvidos en una sola dirección, les traemos una lectura para la reflexión de quienes metidos hoy en el fango no saben como van a salir mañana. Una entrevista del maestro Javier Darío Restrepo. Javier Darío Restrepo lo explica casi todo con ejemplos, un ritmo pausado y su inconfundible acento colombiano. Así lo demostró en La Paz, donde participó en el seminario “Medios, poder y democracia en Bolivia”. Allí dejó entrever parte del contenido de una de sus obras más famosas: El zumbido y el moscardón, libro que reúne 100 consultas sobre ética periodística, un tema que para él es el pan nuestro de cada día.
MUCHOS MAESTROS DE LA FUNDACIÓN NUEVO PERIODISMO, EN LA QUE USTED TAMBIÉN DICTA TALLERES, ABOGAN POR EL USO DE LA PRIMERA PERSONA EN SUS TEXTOS. ¿QUÉ OPINA USTED AL RESPECTO?
Los escritos más difíciles son aquellos en los que se utiliza la primera persona, porque es como si te pusieras de frente en el escenario para dominar todo lo demás. La primera persona sólo hay que utilizarla en periodismo cuando se necesita dar un testimonio: yo estuve en el momento en que explotó la bomba; yo estuve en el momento en el que el presidente murió… Ahí, la primera persona tiene valor testimonial.
SIENDO USTED EXPERTO EN TEMAS DE ÉTICA, NOS GUSTARÍA QUE ANALIZARA UNA SITUACIÓN QUE SE ESTÁ CONVIRTIENDO EN ALGO COMÚN EN BOLIVIA: LA DE LOS PERIODISTAS QUE INGRESAN A LA ARENA POLÍTICA Y LUEGO QUIEREN VOLVER A SU OFICIO COMO SI NADA HUBIERA PASADO.
Los que regresan al periodismo tras pasar por la política, lo hacen cojeando, pues se debilita su credibilidad como periodistas ya que en adelante no se va a saber si hablan en nombre de su interés personal, del interés de un partido o si están recolectando nuevamente voluntades para saltar a la política. Es algo así como una especie de infidelidad conyugal, y cuando hay la infidelidad después es siempre muy difícil creer realmente en las voces de arrepentimiento del que fue infiel.
¿USTED CREE CIERTO QUE LA INDEPENDENCIA Y SOLVENCIA ECONÓMICA DE UN MEDIO GARANTIZA LA INDEPENDENCIA PERIODÍSTICA?
Eso es parcialmente cierto. Sin una base económica sólida, el periódico vive al borde del soborno. Cuando un medio está muy angustiado por obtener dinero, lo puede llegar a conseguir pero a cambio de una retribución, perdiendo así su independencia.
Lo mismo ocurre con los periodistas. Un periodista que no tenga resuelto su problema de comida, vestido y todo eso no puede hacer un periodismo independiente. Podría hacerlo si adopta unas actitudes heroicas, siendo un tipo que aún con hambre cumple con su función. Pero eso no es normal, y eso se hace uno o dos días, pero no todos los días.
¿UN PERIODISTA QUE ACTÚA SIEMPRE ÉTICAMENTE DEBERÍA RENUNCIAR SI OBSERVA QUE SU MEDIO DE COMUNICACIÓN NO LO HACE DE LA MISMA MANERA?
No tiene sentido renunciar por las faltas éticas de alrededor por una razón eminentemente práctica, pues si el periodista renuncia inmediatamente lo van a reemplazar por otro que a lo mejor no tiene tanta sensibilidad ética. Entonces, el perjuicio no es tanto para el medio de comunicación, sino para los lectores. El periodista ético es siempre la garantía para los lectores, pues va a luchar para que se respeten todos sus derechos.
¿HASTA QUÉ PUNTO DEBE ARRIESGARSE UN PERIODISTA EN SU LUCHA POR SACAR A RELUCIR LA VERDAD?
La línea de riesgo la tiene que trazar la propia conciencia, y puede ser que la línea de riesgo que tú tienes no sea la mía. Pienso en este momento en uno de los casos que más reflexiones me ha producido, que es la muerte de Guillermo Cano. Guillermo Cano era director del periódico El Espectador de Colombia y fue de las personas que mejor informó sobre los narcotraficantes, y particularmente sobre Pablo Escobar. Fue el hombre que le descubrió a la opinión pública cómo habían sido los comienzos delictivos de Pablo Escobar y prácticamente reveló que se trataba de un vulgar hampón. Eso nunca se lo perdonó Pablo Escobar y, aunque le mandaban amenazas de toda clase, Guillermo Cano seguía informando. Un día, una periodista le preguntó: Usted ha sido muy amenazado, ¿qué va a hacer ante eso? ´No lo sé, yo sé que salgo de aquí y cualquier cosa puede pasar´, respondió. Al día siguiente lo asesinaron. Él había puesto una línea de riesgo y era una línea muy alta. En otros casos, sin embargo, el periodista piensa en su señora y en sus hijos y saca la conclusión de que uno resulta indispensable para ellos.
¿SON DISTINTOS LOS CONFLICTOS ÉTICOS DE LOS PERIODISTAS QUE TRABAJAN CASI PERMANENTEMENTE DETRÁS DE UN ESCRITORIO QUE LOS DE LOS QUE ESTÁN EN PLENO CONTACTO CON LA CALLE?
Son distintos, indudablemente. El periodista de oficina, sobre todo, suele tener muchos conflictos en relación a su compromiso con la verdad, porque la verdad desde una oficina es muy difícil verla. Lo nuestro son los hechos, las cosas que suceden en la calle. Entonces, el periodista tiene que preguntarse la razón por la que hace un periodismo de oficina. ¿Lo hace únicamente por simple facilidad? ¿Lo hace porque teme entrar en contacto directo con la gente?
Mientras, el dilema que tiene el periodista de la calle no es tanto como el de oficina en compromiso con la verdad, aunque también tiene que hacerse preguntas: ¿Pueden más mis emociones que mi compromiso con la búsqueda de la verdad? ¿El enfoque de la información se realiza pensando en la sociedad?
RETOMANDO AL ASUNTO DEL CONTACTO CON LA GENTE, ¿HASTA QUÉ PUNTO CREE QUE ES IMPORTANTE?
Uno de los periodistas más famosos del mundo, el reportero polaco de guerra Ryszard Kapuscinsky tiene una expresión que es de lo más desconcertante: “Yo no hago entrevistas porque no sabría hacerlas”. Entonces, queda implícita la pregunta: ¿Y cómo hace? Él dice: Yo simplemente converso con la gente y conversar con la gente significa primero convivir con las personas hasta el punto de que casi ni lo noten. Cuando ya hay eso, uno comienza a conversar, ver, vivir, trabajar… y cuando domina todos esos elementos cae en la cuenta de que ha captado la realidad sin que haya habido la interferencia de aquellos elementos ajenos y contaminantes de la realidad. Cuando uno lo logra, consigue finalmente algo permanente: Revelar una naturaleza humana.
¿CÓMO EVALÚA EL PERIODISMO QUE SE EJERCE ACTUALMENTE?
En general, el de hoy es un periodismo que piensa que con que uno despliegue elementos técnicos ya se hace buen periodismo. Sin embargo, eso debería ser lo secundario, pues el periodismo quien lo hace es un ser humano, que apela a lo más espiritual del ser humano, que es su capacidad de conocer. Además, está utilizando el instrumento más noble que existe: Las palabras. Por consiguiente, la capacitación de un periodista tiene que ser básicamente en calidad humana. Después ya vendrá la calidad técnica.
PARA TERMINAR, ¿DE QUÉ MANERA OPINA USTED QUE INFLUYEN LOS RECEPTORES DE INFORMACIÓN?
La crítica es el espejo en el que se puede ver el periodista, la que le dice si está deformado lo que hace. Y si hay una necesidad en este momento es justamente convertir a los receptores pasivos en receptores activos.