Carlos Bonilla alerta que miles de familias siguen viviendo en condiciones críticas
Santo Domingo.-El ministro de la Vivienda y Edificaciones, Carlos Bonilla, puso cifras concretas sobre un problema que el país arrastra desde hace décadas: el déficit habitacional alcanzó 1.4 millones de viviendas y continúa afectando a miles de familias que viven entre precariedades, pisos de tierra y estructuras deterioradas. No es solo un número; es un retrato de la desigualdad que persiste en pleno siglo XXI.
Bonilla habló del tema en el podcast Reseña Allí detalló que la brecha no se limita a la falta de casas nuevas, sino que incluye la enorme cantidad de viviendas que requieren reparaciones urgentes para que puedan considerarse dignas.
“Cuando llueve, se les enloda la casa, los niños se enferman”, relató el ministro, dejando ver la dimensión real del problema más allá de los informes y estadísticas oficiales. En muchos barrios, explicó, la vivienda sigue siendo el punto más vulnerable de la vida familiar.
Intervenciones que avanzan, pero no alcanzan
El titular del MIVED aseguró que la institución ha intervenido 75,000 viviendas en los últimos años, entre nuevas edificaciones y reparaciones. Sin embargo, reconoció que este esfuerzo apenas roza la superficie del problema. “20,000 viviendas nuevas y 55,000 reparadas; eso representa un 0.5 % del déficit”, apuntó, subrayando la enorme distancia entre los avances logrados y las necesidades reales del país.
El Ministerio también ha completado proyectos más allá del ámbito habitacional. Según Bonilla, se han entregado 24 centros hospitalarios, 1,350 nuevas camas, varias universidades regionales y la primera etapa del complejo penitenciario de Las Parras, obra clave para aliviar la sobrepoblación carcelaria, la cual calificó como “una emergencia nacional”.
Inversiones para frenar la desigualdad
El funcionario explicó que, en los últimos cinco años, el Gobierno ha ejecutado una inversión aproximada de RD$60,000 millones en proyectos de vivienda, infraestructura social y edificaciones públicas. Esta apuesta, dijo, aspira a mejorar la calidad de vida de las familias con menos ingresos, aunque admite que el desafío sigue siendo monumental.
El déficit, insistió Bonilla, es una combinación de dos caminos paralelos: la necesidad de levantar viviendas nuevas y la urgencia de rescatar aquellas donde hoy viven familias en riesgo permanente. Para él, enfrentar este reto implica no solo construir más, sino intervenir mejor, con políticas sostenidas y soluciones que realmente modifiquen el día a día de quienes viven en situación de fragilidad.
Aun así, el ministro aseguró que el MIVED continuará ampliando sus programas de construcción y reparación, con el objetivo de reducir ese déficit histórico que hoy se traduce en millones de personas viviendo sin las condiciones mínimas de seguridad y dignidad.
