El ministro de Hacienda llama a evitar el pesimismo y mantener la disciplina fiscal
En el corazón de Santiago, donde la industria y la vida cotidiana se entrelazan con un ritmo propio, el Almuerzo Anual de la Asociación de Industriales de la Región Norte (AIREN) celebró su edición cuarenta. En esta ocasión, el ministro de Hacienda y Economía, Magín Díaz, llevó un mensaje que buscó calar tanto en empresarios como en ciudadanos: la República Dominicana avanza, pero necesita confianza para seguir haciéndolo.
Desde el inicio de su intervención, Díaz fue directo. Pidió dejar atrás lo que llamó “el riesgo del pesimismo económico”, una actitud que —advirtió— puede pesar más que cualquier choques externos. Y es que el país ha navegado aguas turbulentas desde el 2020: pandemia, guerra en Europa, inflación global y tasas de interés al alza en las economías más grandes.
Aun así, recordó que la República Dominicana ha logrado sostener tres pilares que otros países de la región miran con deseo: estabilidad macroeconómica, estabilidad política y paz social.
El ministro Díaz pintó un panorama basado en cifras y logros concretos. Mencionó unas reservas internacionales fuertes, un sistema financiero sólido, inversión extranjera en niveles históricos y sectores que siguen tirando del crecimiento, como el turismo, las remesas y las zonas francas. Son, en sus palabras, los “fundamentos que explican por qué seguimos de pie en medio de un mundo convulso”.
Pero Díaz no se quedó en lo logrado. Habló de las tareas pendientes, y lo hizo sin rodeos. Llamó al sector empresarial a respaldar las medidas de administración tributaria que buscan combatir la evasión y el fraude fiscal.
Recordó que herramientas como la factura electrónica, la trazabilidad y los regímenes de control han sido claves para ordenar el sistema, aunque no siempre contaron con aplausos al inicio.
Para el ministro, las reformas que el país necesita no se limitan a recaudar más. También deben corregir distorsiones, mejorar la eficiencia del gasto y facilitar el cumplimiento tributario, todo con el objetivo de consolidar unas finanzas públicas capaces de sostener más inversión y continuar la recapitalización del Banco Central.
En ese marco, insistió en que el país está “muy cerca” de obtener el ansiado grado de inversión, un reconocimiento internacional que, según dijo, solo llegará si se mantiene la disciplina y se fortalecen las instituciones.
En un tono más reflexivo, Díaz describió el momento actual como un punto de inflexión: avanzar hacia un despegue sostenido o quedar atrapados en la trampa del ingreso medio, donde ya han caído otras naciones de la región. Frente a ese riesgo, aseguró que el Gobierno actuará “con humildad, pero con firmeza”, siempre buscando consensos y protegiendo a los más vulnerables.
Díaz también dedicó espacio a la región anfitriona. Destacó que las provincias del Cibao-Norte han crecido por encima del promedio nacional en la última década, superándolo en un 40%. Un dato que, según él, demuestra la capacidad de la región para impulsar cambios profundos cuando se combinan visión, trabajo y continuidad.
El Almuerzo Anual de AIREN, presidido este año por Luis José Bonilla Bojos, volvió a convertirse en un punto de encuentro entre el sector público y privado. Desde el Centro de Convenciones y Cultura Dominicana de UTESA, los industriales reafirmaron su compromiso con la innovación, el talento y el desarrollo regional. “Santiago no se detiene”, dijo Bonilla, resumen perfecto de un encuentro que miró al futuro con cautela, pero también con determinación.
