Washington y Moscú cierran un acuerdo de 28 puntos que exige a Kiev ceder el Donbás y reducir sus FFAA.
Santo Domingo.-La Administración de Donald Trump ha puesto sobre la mesa un plan de paz de 28 puntos para poner fin a la guerra en Ucrania. Lo que debería ser una iniciativa celebrada, se ha convertido en un foco de tensión diplomática: el texto ha sido negociado directamente con Moscú, dejando de lado tanto a Kiev como a los aliados europeos. El borrador contempla la entrega de territorio ucraniano en el Donbás y una drástica reducción de las capacidades militares del ejército de Ucrania.
El plan, dividido en cuatro categorías clave (paz en Ucrania, garantías de seguridad, seguridad en Europa y futuras relaciones con Rusia y Ucrania), ha sido discutido durante las últimas semanas por el enviado especial de Trump, Steve Witkoff, con el asesor del presidente ruso Vladimir Putin, Kirill Dmitriev. Este último celebró el acercamiento a finales de octubre en Miami, asegurando que “la parte rusa está siendo escuchada de verdad”.
El secretario de Estado, Marco Rubio, confirmó la existencia de la hoja de ruta en sus redes sociales, insistiendo en que la paz duradera solo se conseguirá si ambas partes aceptan “concesiones difíciles pero necesarias”.
“Poner fin a una guerra compleja y mortífera exige un amplio intercambio de ideas serias y realistas”, argumentó Rubio, defendiendo la necesidad de elaborar una lista de posibles soluciones con aportaciones de ambos lados del conflicto.
Las duras exigencias a Kiev
Pese a la insistencia de Washington en que el plan ofrece “garantías de seguridad a ambas partes”, las condiciones que se han filtrado a la prensa estadounidense son vistas como inaceptables por la postura histórica de Ucrania.
Las claves del plan incluyen:
- Cesión territorial: Moscú se haría con el control de facto de la región oriental del Donbás, que ya está casi en su totalidad bajo ocupación rusa, especialmente la provincia de Lugansk.
- Reducción militar: Rusia exige que Ucrania reduzca el tamaño de sus Fuerzas Armadas hasta en la mitad. Esta limitación afectaría sus capacidades armamentísticas y de asociación militar, obligando a Kiev a olvidarse de la OTAN y de la recepción de arsenal occidental de largo alcance.
- Identidad y lengua: Se plantea reconocer el ruso como lengua cooficial, revirtiendo políticas lingüísticas implementadas tras la primera guerra del Donbás en 2014, y el retorno de la Iglesia Ortodoxa Rusa.
El malestar de Europa
La noticia ha caído como una bomba en la Unión Europea, donde los ministros de Exteriores se reunieron este jueves. La posición de los aliados es unánime: cualquier acuerdo de paz debe ser “justo y duradero” y, sobre todo, debe contar con la participación directa de Kiev y de los países europeos.
La Alta Representante de la UE para Política Exterior, Kaja Kallas, recalcó que ningún cargo europeo ha participado en la elaboración del plan. Kallas lamentó que la iniciativa no parta de un alto el fuego y recordó la obviedad fundamental: en esta guerra, “hay un agresor y una víctima”, y Rusia no ha hecho ninguna concesión desde la invasión de 2022.
Ministros como el polaco Radoslaw Sikorski criticaron abiertamente la intención de limitar el ejército ucraniano. “La capacidad de defender a las víctimas no debería verse limitada”, señaló Sikorski.
Desde España, el ministro José Manuel Albares calificó el plan como una mera “presentación de ideas” que no respeta la integridad territorial ni la soberanía de Ucrania.
La UE insiste en que cualquier solución creíble y justa debe comenzar por un alto el fuego incondicional, algo que, según Albares, no está encima de la mesa de Washington y Moscú.Este acuerdo bilateral, negociado sin el principal afectado ni sus mayores aliados, subraya la profunda división estratégica que existe entre la Casa Blanca de Trump y el bloque europeo respecto al futuro de la seguridad continental.Con datos de Europa Press.
