Tres juegos, tres historias y un pulso creciente en la tabla
SANTO DOMINGO.– La noche del miércoles dejó un menú completo para los amantes del béisbol invernal. Tres parques, tres guiones distintos y un denominador común: tensión hasta el último out. Águilas, Escogido y Gigantes firmaron victorias que mueven la tabla y mantienen vivo un torneo que ya empieza a tomar formas más serias.
En el Estadio Quisqueya, los Leones del Escogido encontraron oxígeno cuando el juego parecía encaminado a entradas extras. Con dos outs en el noveno y el marcador empatado 4-4, Erik González se paró en el plato sin prisa y con el plan claro. Su roletazo al jardín central, sencillo y directo, bastó para que Carlos Jiménez volara desde la intermedia y dejara al Licey tendido 5-4. Fue un cierre eléctrico, de esos que levantan al público del asiento.
El bullpen rojo hizo su parte. Jimmy Cordero lució firme en el noveno, ponchando a dos para apuntarse el triunfo. Antes, el panameño Kenny Hernández abrió con tres capítulos de control y Abner Abreu se robó miradas con una labor de 5.2 entradas sin permitir hits. El Licey tuvo en Mel Rojas Jr. y Cal Stevenson su principal chispa ofensiva, pero no fue suficiente. Un batazo final les cambió los planes.
Mientras tanto, en San Francisco de Macorís, los Gigantes del Cibao decidieron que ya era hora de detener su mala racha. Entraron al octavo perdiendo 2-1 ante unas Estrellas que parecían tener el duelo bajo control, pero todo se movió en cuestión de minutos. Una base por bolas a Marco Hernández como emergente abrió la puerta. Otra a Eddinson Paulino subió la presión. El toque sorpresa de Johan Rojas llenó las bases y encendió el estadio. Lo demás fue paciencia, contacto y un bullpen oriental que no logró frenar el impulso.
El rally de cuatro carreras volteó el marcador y devolvió el ánimo a los Gigantes, que mejoran a 8-12 y se empatan con unas Estrellas que siguen patinando. Yovanny Cruz se llevó el triunfo tras un octavo sólido, y Anderson Pilar cerró con autoridad el noveno. Josh Green, responsable de tres de esas cuatro carreras, cargó con la derrota en un acto que cambió todo el juego.
El capítulo final de la noche se escribió en La Romana, donde las Águilas Cibaeñas siguen volando sin mirar atrás. Derrotaron 3-1 a los Toros del Este en un duelo que terminó cerca de la medianoche y dejó claro que su liderato no es casualidad. Con marca de 17-3, suman siete victorias al hilo y firman su mejor arranque en 25 años.
La ofensiva amarilla funcionó con piezas puntuales: un doble impulsador de Jonatan Clase, un cuadrangular estruendoso de Aderlin Rodríguez y un sencillo productor de Alberto Rodríguez en el octavo. Ocho hits bastaron para manejar el ritmo del juego.
Jorge Tavárez abrió sí con nervios, otorgando dos boletos, pero luego se acomodó y entregó cuatro entradas limpias. El resto del relevo hizo su trabajo, aunque Jeurys Familia permitió una carrera en el noveno antes de asegurar el salvamento. Los Toros, que siguen segundos con 10-11, batallaron, pero no encontraron la forma de romper el dominio aguilucho.
La lluvia había retrasado el inicio una hora y 25 minutos, pero el público que esperó la vio valer. Al final, la noche dejó una foto clara: Águilas firmes en la cima, Escogido respirando con un triunfo dramático y Gigantes recordando que todavía pueden dar batalla. El torneo sigue encendido y el calendario promete más noches como esta, cargadas de giros y momentos que quedan en la memoria.