Cardióloga de Hospiten aclara que la tecnología moderna hace innecesaria la preocupación por electrodomésticos
Santo Domingo — En la cultura popular dominicana persiste la creencia de que una persona con un marcapasos implantado debe evitar a toda costa el uso o la cercanía con aparatos eléctricos. Esta semana, la doctora Laiden Suárez, cardióloga-electrofisióloga de Hospiten Santo Domingo, ha salido al frente para desmentir categóricamente este mito, un esfuerzo por educar a los pacientes y sus familias.
Según explicó la Dra. Suárez, un marcapasos es un dispositivo vital que se implanta en pacientes cuyo ritmo cardíaco es lento, reducido o deficiente. Su función principal es garantizar que la frecuencia cardíaca se mantenga dentro de los límites saludables (entre 60 y 100 latidos por minuto), asegurando así un flujo de sangre adecuado a todos los órganos, incluyendo el cerebro.

“Si la frecuencia cardiaca está baja, la sangre no llega de manera adecuada a los órganos, lo que provoca mareos y desmayos. En el caso de los adultos mayores, esto suele terminar en caídas que provocan traumatismos graves”, indicó la especialista, subrayando la importancia crítica de esta tecnología.
De cables a monedas: la evolución inalámbrica
La preocupación por la interferencia eléctrica tiene raíces históricas. Anteriormente, los dispositivos requerían la colocación de cables dentro del corazón conectados a un generador o pila eléctrica bajo la piel. Sin embargo, la Dra. Suárez destacó la revolución tecnológica que ha transformado el campo de la electrofisiología.
Actualmente, muchos de los marcapasos son totalmente inalámbricos y tienen el tamaño de una moneda de 10 pesos, lo que representa un avance fundamental en la biomedicina moderna. La operación para colocarlos es, de hecho, simple y sencilla, permitiendo que muchos pacientes vuelvan a casa pocas horas después del procedimiento.
Aun así, la especialista advirtió sobre riesgos mínimos inherentes a la intervención, como alteraciones a nivel de la vasculatura o la aparición de arritmias durante el procedimiento.
¿Interferencia real? solo con campos magnéticos extremos
La Dra. Suárez fue clara: los marcapasos modernos tienen poca o ninguna interferencia con la tecnología actual y los electrodomésticos comunes.
Las mayores interferencias solo se producirían con la exposición a grandes campos electromagnéticos, como los generados por plantas de energía o cables de alta tensión. Pero incluso en esos casos, tranquilizó la doctora, el paciente no siente nada. La interferencia solo se hace visible al revisar el dispositivo con un equipo de computadora especializado.
De hecho, la principal precaución que se pide a los pacientes es portar una tarjeta de identificación para que el personal de seguridad de aeropuertos sepa que debe realizar el chequeo de forma manual, evitando el contacto directo con los escáneres de seguridad, aunque la interferencia con los modelos actuales es mínima.
Batería inteligente para 20 años
Otro avance destacable es la vida útil de la batería. Las nuevas generaciones de dispositivos pueden durar hasta 15 años. No obstante, la especialista precisó que la duración real depende de la dependencia del paciente.
“Hay pacientes que lo usan esporádicamente, y en esos casos, la batería puede durar mucho más, incluso más de 20 años”, aseguró. Esto se debe a que los marcapasos modernos actúan como una "computadora automática" que detecta y responde a las necesidades del corazón las 24 horas del día, optimizando el uso de la energía y garantizando su durabilidad.

