La población inmigrante aportó el 52% del aumento promedio anual del 3,9% del PIB entre 2022 y 2024.
Los datos son rotundos y disipan cualquier duda sobre el papel de la población inmigrante en la vitalidad económica española: entre 2022 y 2024, este colectivo fue responsable de más de la mitad del crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB). En concreto, el 52% del aumento promedio anual del 3,9% del PIB en ese periodo lleva la firma de los migrantes, quienes contribuyeron con dos puntos porcentuales a ese incremento.
La cifra no es menor, y fue revelada por la subgobernadora del Banco de España, Soledad Núñez, durante su intervención en la conferencia Diversity, Equity and Inclusion in Economics, Finance, and Central Banking, celebrada este lunes en París.
Es un reconocimiento explícito y oficial del peso que la llegada de nueva población activa tiene en la marcha macroeconómica del país despliega Europa Press.
Núñez no se limitó a la cifra global del PIB. También señaló que la inmigración jugó un papel determinante en el avance del PIB per cápita. De ese 2,9% de crecimiento anual registrado, entre el 0,4% y el 0,7% se explica gracias a la contribución de los inmigrantes.
Juventud y talento: las claves de la aportación
Uno de los factores estructurales que sustentan este impacto es la composición demográfica de los recién llegados. Según la subgobernadora, la población inmigrante que se asienta en España es, de forma significativa, más joven que la población autóctona.
Esta diferencia de edad se traduce directamente en una tasa de participación laboral más alta, inyectando dinamismo a un mercado de trabajo que, de otro modo, se enfrentaría a un envejecimiento progresivo.
A la juventud se suma una mejora en la cualificación. Los flujos migratorios recientes han visto un notable aumento de personas procedentes de Latinoamérica, junto con un incremento en la proporción de migrantes con niveles educativos más altos. Este ascensor de capital humano se convierte en una ventaja competitiva para la economía nacional.
Desafíos pendientes y el factor femenino
A pesar de las cifras positivas, el organismo presidido por José Luis Escrivá también pone el foco en los retos pendientes, especialmente en la esfera de género. La tasa de participación en la población activa y en el empleo de las mujeres inmigrantes sigue siendo inferior a la de los hombres.
La brecha de género indica una necesidad clara de diseñar e implementar políticas de integración que no sean genéricas, sino que aborden las barreras y necesidades específicas que enfrentan estas mujeres para una plena incorporación laboral.
Finalmente, el Banco de España subraya que, aunque la aportación es estructural, los movimientos migratorios responden a circunstancias cíclicas. La llegada de inmigrantes muestra un patrón cíclico más marcado en España que en otros socios europeos, con un desfase temporal de aproximadamente dos años respecto al ciclo económico.
En síntesis, la inmigración no solo es un factor demográfico, sino un mecanismo de ajuste y un pilar fundamental que sostiene el crecimiento económico español.
