El veterano derecho sale del roster tras una temporada marcada por lesiones
La estancia de Francelis “Frankie” Montás con los Mets terminó este martes de manera abrupta, aunque no del todo sorpresiva. El equipo anunció que el derecho dominicano fue designado para asignación, un movimiento que cierra un ciclo breve y accidentado para un lanzador que había llegado como una de las apuestas fuertes de la gerencia en el receso de temporada.
Montás, de 32 años, firmó en diciembre pasado un contrato de dos años por US$34 millones, parte del renovado plan de los Mets para rearmar su rotación tras un 2025 inestable. Junto a él llegaron Griffin Canning y el relevista convertido en abridor Clay Holmes, tres brazos que debían darle profundidad a un cuerpo de pitcheo en reconstrucción. Pero la realidad terminó siendo menos generosa.
El dominicano nunca logró salir del carril de las lesiones. Empezó la campaña desde la lista de lesionados y apenas pudo subir a la lomita el 24 de junio. Lo que siguió fue una serie de aperturas irregulares —siete en total— en las que dejó una efectividad de 6.28, muy lejos de lo que se esperaba de él.
Ya en agosto, cuando parecía encontrar algo de estabilidad, un dolor repentino en la parte baja del bíceps lo obligó a frenar en seco. Las pruebas posteriores confirmaron lo que el cuerpo técnico temía: una lesión en el UCL, el ligamento colateral ulnar, que puso fin a su temporada.
Para complicar aún más el panorama, Montás debía someterse a una operación en el codo que prácticamente lo deja fuera de toda la campaña 2026. Ante ese escenario, los Mets tuvieron que tomar una decisión. Liberar su puesto en el roster era inevitable para un club que se prepara para un invierno agresivo en el mercado de abridores.
La salida de Montás abre espacio para reforzar una rotación que volverá a ser prioridad en Queens. El equipo, según fuentes ligadas a la organización, planea ir tras varios de los nombres más cotizados de la agencia libre, buscando una mezcla de durabilidad y rendimiento que esta vez no los obligue a improvisar.
El capítulo de Montás con los Mets se cierra sin el brillo que muchos imaginaron, pero deja claro que el equipo no está dispuesto a perder tiempo en un momento en que la competencia en la Liga Nacional aprieta y cada espacio del roster cuenta.
