El blackout o apagón completo no es un atributo exclusivo de la República Dominicana.
Un apagón total de electricidad podría ocurrir por fallas técnicas, falta de mantenimiento del sistema, por eventos climáticos o sabotajes manipulados por mentes malintencionadas con propósitos electoreros. En el último caso, se trataría de un acto criminal inducido por sectores adversos al gobierno de turno y, de tenerse evidencias probatorias, las autoridades deben dar con los autores bajo el principio de que el servicio energético es de seguridad nacional y hay que cuidarlo a todo costo.
La interrupción accidental del servicio eléctrico nacional del 11 de noviembre de 2025 afectó por varias horas a las principales ciudades y servicios esenciales como las comunicaciones, transporte, plataformas del sistema de salud, entre otros. No es la primera vez que ocurre ese fenómeno, por lo que debemos estar preparados en razón de que seguirá sucediendo debido a la alta vulnerabilidad de nuestras redes eléctricas, la infraestructura eléctrica inestable y tal vez la falta de protocolos de contingencia eficientes. Como bien lo sugiere un medio de televisión nuestro, es preciso invertir en mantenimiento, modernización y supervisión constante del sistema.
El blackout o apagón completo no es un atributo exclusivo de la República Dominicana. En los últimos 25 años, el mundo ha experimentado al menos 15 apagones masivos que han dejado sin electricidad a más de 1.000 millones de personas en distintas ciudades, como Estados Unidos, España, Portugal, Chile, Omán, India, Libia, Pakistán, Cuba, Canadá, Suiza, Rusia, Alemania, Austria, Bélgica, Croacia, Francia, Holanda, Italia. Argentina, Uruguay, Paraguay, Venezuela y Puerto Rico.
República Dominicana, esa desagradable eventualidad que ha sido recurrente desde finales de los años ochenta. En los registros periodísticos encontramos que desde el 1988 hasta septiembre de 2025, el país ha tenido 87 interrupciones nacionales, con un promedio de casi cuatro por año. Esta vez, luego de la avería ocurrida en la subestación San Pedro I, que provocó un apagón general, la respuesta técnica de las autoridades fue rápida, logrando restablecer el servicio en un tiempo razonable. Es lo correcto, pero aún falta ver el resultado de la investigación oficial.
Como era de esperarse, algunos líderes de la oposición y otros sectores anti gobierno no perdieron tiempo para sacar provecho político-electoral a la situación, olvidándose de que sus pasadas administraciones gubernamentales nunca pudieron resolver la crisis energética que padecemos. Por razones electoreras, usted no puede cuestionarle a su adversario político en el poder las cosas que no supo resolver desde su administración estatal, como los apagones, los altos precios de los alimentos, la inflación, la delincuencia, narcotráfico y corrupción.
Cabe aplicar aquí la famosa metáfora de la Espada de Damocles contada por el filósofo romano Cicerón para referirse al peligro inminente que deben enfrentar las personas que detentan el poder estatal. En ese contexto, pienso que se impone la implementación de estrategias efectivas comunicacionales gubernamentales destinadas a desactivar las desinformaciones, las críticas malignas, las falsas noticias mediáticas, activadas a través de las perturbadoras redes sociales manipuladas por algunos palurdos y analfabetas funcionales.

