Hacienda explica ante legisladores el plan para preservar el equilibrio
Santo Domingo.- La mañana avanzaba lenta en el salón Hugo Tolentino Dipp cuando el ministro de Hacienda y Economía, Magín Díaz, tomó la palabra ante la Comisión Bicameral encargada de estudiar el Presupuesto General del Estado para 2026. Lo escuchaban senadores, diputados y técnicos del área fiscal. Todos sabían que el encuentro marcaría el tono del debate de las próximas semanas.
Díaz arrancó con el mensaje que el Gobierno quiere dejar claro para el próximo año: estabilidad macroeconómica sobre cualquier otra prioridad. Según explicó, la propuesta del Ejecutivo parte de un déficit fiscal de 3.2 por ciento del Producto Interno Bruto. Los ingresos se calculan en 15.5 por ciento del PIB y los gastos se mantienen apenas por debajo de los niveles actuales, alrededor del 19 por ciento.
El ministro insistió en que, una vez se descuenta el pago de intereses, previsto en 3.7 por ciento del PIB, el país presentará un superávit primario. Para él, ese dato resume la intención oficial. Significa disciplina en un momento de estrechez y una política de gasto que busca no comprometer la estabilidad conquistada en los últimos años.
Uno de los puntos que más interés generó entre los legisladores fue el aumento de la inversión en obras y proyectos. Díaz afirmó que el gasto de capital pasará de 2.2 por ciento del PIB en 2025 a 2.5 por ciento en 2026. Explicó que ese aumento será posible gracias a la contención del gasto corriente, una meta que, según dijo, ha exigido revisar partidas y ajustar prioridades.
La sesión también contó con la presencia del director general de Presupuesto, José Rijo Presbot, quien acompañó al ministro en la presentación de los lineamientos centrales. En primera fila, el presidente de la Cámara de Diputados, Alfredo Pacheco, observaba atentamente.
Más tarde dijo que tanto senadores como diputados están evaluando la viabilidad de aprobar la pieza tal como fue enviada o con modificaciones. Aseguró que la idea es que de la comisión salga una propuesta sólida, capaz de sostenerse en el pleno del Congreso.
Francisco Paulino, diputado y presidente de la comisión, dirigió los trabajos y recordó que el proyecto cumple con la regla fiscal en vigor. Esa regla limita el crecimiento del gasto primario a un máximo de 3 por ciento en términos reales.
Paulino detalló que incluso el techo de gasto planteado para 2026 queda por debajo de ese límite, lo que a su juicio evidencia que el Gobierno busca mantener la responsabilidad fiscal como guía.
También señaló que el déficit proyectado está alineado con las expectativas de organismos internacionales y agencias calificadoras que, en julio, mejoraron la nota del país. Para él, eso confirma que el rumbo económico genera confianza y que el proyecto de presupuesto no rompe la coherencia lograda.
La reunión cerró entre observaciones, apuntes y compromisos de nuevas rondas de análisis. Afuera, el bullicio del Congreso regresó a su ritmo habitual, pero dentro de la comisión quedó claro que el debate del presupuesto apenas empieza y que las próximas semanas serán decisivas para definir el uso de cada peso público en 2026.