El portaaviones más grande del mundo lidera operaciones del Comando Sur
Santo Domingo.- El mar Caribe se convirtió este domingo en escenario de una de las operaciones militares más ambiciosas de Estados Unidos en los últimos años. El Grupo de Ataque del portaaviones USS Gerald R. Ford, considerado el buque de guerra más grande y avanzado del planeta, ingresó oficialmente a la región para iniciar maniobras contra el narcoterrorismo. La confirmación llegó a través de un comunicado del Comando Sur (Southcom).
La decisión no es casual. Responde a la orden directa del presidente Donald Trump, quien instruyó al secretario de Guerra, Pete Hegseth, a desmantelar redes criminales transnacionales que, según Washington, amenazan la seguridad del hemisferio occidental y del territorio estadounidense.
“Mediante un compromiso inquebrantable y el uso preciso de nuestras fuerzas, estamos preparados para combatir las amenazas transnacionales que buscan desestabilizar nuestra región”, declaró el almirante Alvin Holsey, comandante del Southcom.
El despliegue del Gerald R. Ford marca un punto de inflexión en la estrategia militar norteamericana en el Caribe. No se trata solo de presencia disuasiva: el comunicado oficial habla de operaciones conjuntas para “derrotar y desmantelar las redes criminales que explotan nuestras fronteras y dominios marítimos compartidos”. Para ello, el portaaviones se sumará a unidades ya desplegadas, como el Grupo Anfibio Listo Iwo Jima y la unidad expedicionaria de infantería de marina embarcada, integradas en la Fuerza de Tarea Conjunta Southern Spear.
Un gigante en aguas calientes
El USS Gerald R. Ford no es un barco cualquiera. Con más de 100.000 toneladas de desplazamiento y tecnología de última generación, la Marina estadounidense lo describe como “la plataforma de combate más capaz, adaptable y letal del mundo”. Su sola presencia redefine el equilibrio militar en la región. Aviones de combate, sistemas de defensa antimisiles y capacidad para operaciones prolongadas lo convierten en un símbolo de poder naval.
Contexto y objetivos
La operación se produce en medio de crecientes tensiones por el tráfico de drogas y armas en el Caribe, una ruta estratégica para organizaciones criminales que operan desde Sudamérica hacia Estados Unidos y Europa. Washington sostiene que estas redes no solo financian el narcotráfico, sino también actividades terroristas que ponen en riesgo la estabilidad regional.
“El despliegue del Grupo de Ataque del portaaviones USS Gerald R. Ford representa un paso crucial para reforzar nuestra determinación de proteger la seguridad del hemisferio occidental y la seguridad del territorio estadounidense”, enfatizó Holsey en el comunicado.
Por ahora, el Comando Sur no ha revelado la duración de la misión ni los puntos específicos donde se concentrarán las operaciones. Lo que sí está claro es que la presencia del Gerald R. Ford en aguas caribeñas envía un mensaje contundente: Estados Unidos está dispuesto a usar su poder naval para enfrentar las amenazas que considera más urgentes en su frontera sur.
Impacto geopolítico: ¿disuasión o tensión?
La llegada del Gerald R. Ford no solo tiene implicaciones militares, sino también diplomáticas. Países como Venezuela, Cuba y Nicaragua podrían interpretar el movimiento como una provocación, en un contexto donde las relaciones con Washington ya son tensas.
Analistas advierten que esta demostración de fuerza busca enviar un mensaje doble: frenar el narcotráfico y reafirmar la influencia estadounidense en una región donde actores como Rusia y China han incrementado su presencia.
Para los aliados de Estados Unidos en el Caribe y América Latina, la operación puede ser vista como un respaldo frente a la expansión del crimen organizado. Sin embargo, para gobiernos adversos, podría convertirse en un argumento para denunciar “intervencionismo” y reforzar alianzas con potencias rivales.
En definitiva, el despliegue del Gerald R. Ford abre un nuevo capítulo en la disputa por el control estratégico del Caribe. Un escenario donde la lucha contra el narcoterrorismo se mezcla con la competencia global por influencia política y militar.

