Los acusados integraban una red de estafas telefónicas dirigida a adultos mayores
SANTO DOMINGO.-La embajada de Estados Unidos en República Dominicana confirmó la extradición de cuatro ciudadanos dominicanos, señalados por su presunta participación en una amplia red internacional de estafas telefónicas dirigida a adultos mayores en territorio estadounidense.
La decisión llega tras una investigación del Buró Federal de Investigaciones (FBI) con sede en Boston, que identificó la operación de “centros de llamadas” desde distintas localidades dominicanas, utilizados para engañar a personas vulnerables.
De acuerdo con la información oficial, los acusados formaban parte de un esquema que se aprovechaba de la fragilidad emocional de cientos de víctimas.
La estafa seguía un patrón conocido: una llamada inesperada alertaba sobre un supuesto accidente, detención o emergencia que involucraba a un nieto o familiar cercano.
El objetivo era generar pánico inmediato para forzar a los adultos mayores a entregar dinero, convencidos de que ayudaban a un ser querido en peligro.
Este tipo de fraudes, conocidos como “estafas del nieto”, han proliferado en los últimos años y se han vuelto especialmente lucrativos para redes criminales transnacionales.
La investigación del FBI rastreó llamadas, movimientos financieros y estructuras operativas, lo que permitió vincular a los cuatro dominicanos con las actividades ilícitas coordinadas desde el extranjero.
Las autoridades estadounidenses precisaron que los imputados enfrentarán cargos por conspiración para cometer fraude, además de lavado de dinero, delitos que pueden conllevar largas condenas en caso de ser hallados culpables.
La embajada estadounidense destacó que estas extradiciones forman parte de la creciente cooperación bilateral entre Washington y Santo Domingo en la lucha contra el crimen organizado, particularmente en áreas relacionadas con estafas digitales y delitos financieros que cruzan fronteras.
El anuncio, según la sede diplomática, también busca reforzar la importancia de denunciar este tipo de prácticas. En muchos casos, los fraudes telefónicos pasan desapercibidos porque las víctimas sienten vergüenza o temen haber actuado de manera ingenua.
Sin embargo, las autoridades insisten en que visibilizar estas operaciones es clave para identificar patrones, prevenir nuevos casos y fortalecer la persecución penal.
El caso vuelve a poner sobre la mesa la necesidad de fortalecer las campañas de educación dirigidas a los adultos mayores, uno de los grupos más afectados por estos engaños.
Organizaciones comunitarias, oficinas de protección al consumidor y autoridades locales en Estados Unidos han lanzado diversas iniciativas para alertar sobre señales de riesgo: llamadas urgentes, historias dramáticas, solicitudes de pagos inmediatos y presión emocional son algunos de los elementos más utilizados por los estafadores.
Mientras avanza el proceso judicial en Estados Unidos, la embajada reiteró su compromiso con la seguridad internacional y la protección de comunidades vulnerables. “La cooperación entre nuestros países es esencial para enfrentar redes criminales que utilizan la tecnología para perjudicar a quienes confían en la buena fe de los demás”, apuntó la institución en un comunicado.
Las extradiciones, subraya la embajada, son un mensaje claro para quienes aún operan en estas redes: la persecución del fraude transnacional no tiene fronteras y las autoridades trabajan de manera coordinada para desmantelar estos esquemas.

