Un Citi Field repleto celebra el béisbol caribeño y homenajea a Robinson Canó
República Dominicana se impuso 6-2 sobre Puerto Rico en un Citi Field que, pese al frío, vibró con un ambiente de fiesta y orgullo caribeño. El “RD vs PR Showdown NYC” convocó a 20,057 fanáticos dispuestos a vivir el clásico que une a dos de las mayores potencias beisboleras del Caribe. El estadio se llenó de banderas, música y un ánimo de hermandad que marcó toda la noche.
La ofensiva dominicana tuvo un protagonista claro: Emmanuel Rodríguez. El joven artillero se echó el juego encima y terminó siendo elegido Jugador Más Valioso tras una actuación contundente. Se fue de 3-2, conectó un cuadrangular, anotó dos veces y empujó otras dos, llevando el peso del ataque quisqueyano y confirmando por qué es uno de los talentos más comentados del momento. Su swing encendió la grada, abrió el camino temprano y mantuvo a su equipo siempre con ventaja.
En el montículo, Huascar Ynoa hizo su parte con autoridad. Se llevó la victoria con una presentación firme, controlando el ritmo y evitando que la ofensiva boricua encontrara espacio para responder. Puerto Rico tuvo momentos de amenaza, pero los errores defensivos y la falta de timming en sus turnos pesaron más de la cuenta. Dominicana, en cambio, supo aprovechar cada desajuste y mantuvo el control emocional del encuentro desde el primer tercio.
Aunque no se divulgaron todos los detalles de los imparables o las entradas decisivas, la narrativa del juego deja claro que Dominicana administró el duelo con madurez, haciendo lucir su profundidad y su capacidad de golpear en los turnos importantes. Fue un triunfo construido con paciencia y explosión, una combinación típica del talento dominicano.
La noche también tuvo un momento de nostalgia y reconocimiento. Robinson Canó, hijo ilustre del béisbol dominicano, recibió un sentido homenaje en el que fue su antiguo hogar con los Mets. El aplauso del Citi Field retumbó como un tributo a su trayectoria, y su presencia añadió una capa de emoción al espectáculo, recordando el legado que ambos países han aportado al juego.
Más allá del marcador, el Showdown NYC se convirtió en una celebración cultural: un puente entre dos comunidades que han hecho del béisbol una expresión de identidad. Dominicana se llevó la victoria, pero ambos equipos dejaron claro que este duelo es mucho más que un simple juego de exhibición. Es una fiesta, una tradición y un recordatorio del poder del béisbol caribeño en la Gran Manzana.
