Trump baja aranceles clave a Argentina, Ecuador, Guatemala y El Salvador tras derrota electoral.
La Casa Blanca movió ficha este jueves en el tablero comercial latinoamericano al anunciar acuerdos con cuatro economías de la región: Argentina, Guatemala, Ecuador y El Salvador.
Los pactos, que se firmarán "en las próximas semanas", implican una reducción de los aranceles de Estados Unidos a las importaciones de productos específicos, principalmente de los sectores agrícola y textil. A cambio, estos países se comprometen a abrir sus propios mercados a productos estadounidenses.
El anuncio, que la Administración Trump calificó de "histórico", llega en un momento de necesidad política. Los acuerdos permiten a la Casa Blanca buscar una doble victoria: estimular la economía de países aliados y, al mismo tiempo, intentar calmar la preocupación de los votantes estadounidenses por el elevado coste de la vida.
La urgencia es notable, especialmente tras el revés sufrido a principios de noviembre, cuando los demócratas triunfaron en las contiendas por las gobernaciones de Virginia y Nueva Jersey y la Alcaldía de Nueva York, con campañas enfocadas en la economía y la asequibilidad de los alimentos.
El premio mayor para el Gobierno de Milei
El pacto más significativo, por su alcance político y económico, es el alcanzado con Argentina. La Casa Blanca detalló que, bajo el Ejecutivo de Javier Milei, Buenos Aires “otorgará acceso preferencial a los mercados para las exportaciones de productos estadounidenses”. Esta apertura incluye sectores de alto valor añadido como ciertos medicamentos, productos químicos, maquinaria pesada, dispositivos médicos, vehículos de motor y una amplia gama de productos agrícolas.
El mandatario libertario no tardó en capitalizar la noticia, celebrando el acuerdo como un "enorme reconocimiento" a su programa de choque económico y a la política exterior de su gobierno. A través de la red social X, Milei presumió de que el acuerdo eleva al país "a un grupo selecto de naciones con preferencias comerciales" y es un reflejo de "valores compartidos de vida, libertad y propiedad privada".
Con todo, el camino hacia un pacto comercial amplio sigue siendo complejo. Argentina, como miembro pleno del bloque Mercosur, tiene limitaciones estatutarias que le impiden negociar acuerdos de gran envergadura de forma individual. Por ello, el alcance final de lo acordado con Washington es observado con cautela por analistas regionales.
Alivio para Centroamérica y Ecuador
Los acuerdos con Guatemala, El Salvador y Ecuador apuntan a sectores más específicos, diseñados para inyectar oxígeno a sus economías sin generar competencia directa con los productores agrícolas de Estados Unidos. Estos pactos se centran en la reducción de aranceles sobre productos claves como el plátano y los granos de café, que en su mayoría no se producen en territorio estadounidense.
Las reacciones fueron instantáneas y entusiastas. El presidente salvadoreño, Nayib Bukele, celebró la declaración conjunta destacando que se trata de un pacto entre "amigos". Por su parte, la Presidencia ecuatoriana presumió de ser "uno de los primeros países en el mundo en firmar este tipo de acuerdos de comercio recíproco".
El presidente guatemalteco, Bernardo Arévalo, se mostró igualmente optimista. Aseguró que "más del 70 por ciento de los productos que Guatemala exporta hacia Estados Unidos quedarán con el arancel 0″, mientras que la mayoría del resto solo tendrá un gravamen del 10 por ciento.
Aunque Washington asegura que esta disminución de las barreras comerciales impulsará a las empresas nacionales y beneficiará al consumidor estadounidense, el flujo comercial total con estos cuatro países es notablemente menor que el que mantiene con otras grandes economías latinoamericanas.
Pese a ello, la movida se interpreta como una decisión estratégica con un ojo puesto en la economía regional y otro, mucho más atento, en el descontento del votante en casa. Con datos de Europa Press.

